La planta de los pinchazos será arrancada de nuevo en primavera

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MONICA IRAGO

Las brigadas municipales iniciaron ayer la retirada a mano del cadillo, que crece desde el cordón de las dunas hacia el paseo

19 sep 2018 . Actualizado a las 10:41 h.

No hay duda de que uno de los protagonistas del verano en Vilagarcía ha sido una pequeña planta con flores azules y amarillas y frutos espinosos, que crece como un tapete en la playa de A Concha-Compostela. El abrojo o cadillo se reproduce a base de esta suerte de semillas picudas que constituyen una verdadera pesadilla para los ciclistas, cuyas ruedas sufren frecuentes pinchazos, y los propietarios de mascotas, cuyas patas se llevan también lo suyo. Tras identificar el origen del problema gracias a la colaboración de la estación fitopatológica Do Areeiro, el Concello de Vilagarcía se puso ayer manos a la obra para combatir esta extraña e incómoda plaga.

Lo de manos a la obra no es ninguna figura retórica. Los miembros de las brigadas municipales de Xardíns e Medio Ambiente que ayer se afanaban en la retirada del cadillo lo hacían de forma manual. Natural, puesto que la intervención de cualquier tipo de maquinaria no haría sino dispersar aun más los frutos de los pinchazos y complicar el problema. El primer diagnóstico convence al concejal de Medio Ambiente, Lino Mouriño, de que la pelea contra el abrojo no será cosa fácil ni rápida. «O problema é que esta especie distribúe o seu froito na primavera, e é entón cando teremos que ter máis coidado, porque esas sementes verdes son as que dan lugar aos pinchazos cando secan», explica Mouriño. De ahí que Ravella haya decidido repetir la campaña dentro de unos meses. Por lo demás se confirma que el área que originalmente ocupaba el cadillo se limitaba al cordón de dunas, desde el que ha ido expandiéndose hacia la pradera que crece sobre la arena, tocando en algunos puntos el mismo paseo marítimo que une Vilagarcía y Carril.

Sin abandonar el ámbito vegetal, un segundo problema ha surgido en la capital arousana a lo largo de los últimos días. Se trata del nuevo ataque de picudo que sufre la más alta de las palmeras que flanquean el acceso a la Casa do Concello. Pese a los cuidados prestados al centenario ejemplar, el escarabajo ha acabado con el brote que crecía en la copa del espécimen. Este ha sido afeitado para aguardar a primavera y buscar su destino, que bien podría inclinarse hacia la tala.