El circo de Rody Aragón revive a los payasos de la tele en Vilagarcía

María Doallo Freire
maría doallo REDACCIÓN / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

Miguel Villar

«Vuelve a soñar» estará en O Ramal desde el sábado hasta el 29 de octubre

22 oct 2023 . Actualizado a las 10:59 h.

Han pasado cincuenta años desde que se emitió el primer programa de El gran circo de TVE con Gaby, Fofó y Miliki como protagonistas. «Fue el 19 de julio de 1973 y estuvieron doce años seguidos en televisión, aunque mi padre falleció en el 76», dice Rody Aragón (La Habana,1957). Él es hijo de Fofó y hermano pequeño de Fofito. Se crio, igual que sus primos, entre la carpa y los colegios de los países de Latinoamérica por los que giraba el espectáculo de su padre y sus tíos, por eso conoce mejor que nadie la historia de los payasos de la tele. Para hablar del origen circense de los Aragón hay que retroceder hasta una época pasada, 250 años atrás. La semilla fue, como pasa en las mejores historias, el amor. «Todo empezó con un hombre, que se estaba preparando para ser sacerdote, al que le llamó fulminantemente la atención una artista de un circo que actuó en Granada. Fue tres días seguidos a ver el espectáculo y al tercero pidió si podía conocerla. En cuanto la tuvo cerca le confesó que dejaría todo por ella y de hecho así fue, se enroló en ese circo y con el tiempo se convirtió en uno de los mejores payasos», cuenta Rody. Unas cuantas generaciones después nacieron Gaby, Fofó y Miliki, que empezaron su trayectoria profesional en el Circo Price de Madrid.

El éxito cosechado provocó que les surgieran ofertas desde fuera de España. «En el año 1945 recibieron una propuesta para trabajar en un circo en La Habana y en uno en Suecia, al mismo tiempo. Los tres hermanos se tiraron una semana tratando de decidir y finalmente lo que hicieron fue jugársela a cara o cruz», explica Rody. Tocó Cuba y así se inició su periplo por América. En el país caribeño estuvieron 18 años. Cuando explotó la revolución se mudaron a Estados Unidos y montaron un espectáculo cómico musical en Chicago. «Era un show para adultos, siempre en la línea blanca y muy sana, en el que empleaban mucha mímica porque todavía no dominaban el inglés.

En cuatro años se convirtieron en estrellas y de ahí se fueron a recorrer Latinoamérica», recuerda el hijo de Fofó. Estuvieron en Puerto Rico, en Argentina, en México, en Venezuela... haciendo espectáculos en las distintas cadenas de televisión, hasta que en el 72 consiguieron regresar a España. «Se pasaron 30 años conquistando América pero ellos querían volver a casa. La oportunidad surgió en una recepción al Ministro de Trabajo español en Buenos Aires. Le dijo a mi padre, en broma, que estaba muy enfadado con ellos porque los ídolos de los niños americanos eran españoles, pero no divertían a los pequeños de España. Mi padre le contestó que nada les gustaría más que tener un programa en Madrid y hacer reír aquí. Y un mes más tarde empezaron a trabajar en TVE», resume Rody. Él nació en La Habana y se crio en los distintos países a los que llegaba el espectáculo de los Aragón. Creció acompañado de sus primos, en una gran familia que se iba mudando junta, y entre payasos, con el humor y la ilusión como principios básicos para afrontar la vida, pero sin faltar un solo día al colegio. «Mi padre y mis tíos no nos permitían perder clase. Estuviésemos donde estuviésemos nos matriculaban en el colegio que correspondía y era maravilloso ir aprendiendo también de las culturas de cada lugar. Vivíamos pegados y teníamos una unión familiar irrompible, los primos compartíamos pandillas de amigos y equipos de fútbol según las edades. Emilio y yo, que nos llevamos nueve meses, éramos uña y carne», dice Rody.

Los primeros años de Rody en TVE los compartió con su hermano Fofito y con sus tíos Gaby y Miliki. «En las primeras apariciones yo hacía de negrito con acento caribeño y luego sustituí a Gaby durante una baja y me dio muchísima soltura», afirma. Desde entonces no pararon las actuaciones junto a su familia, pero tampoco faltaron proyectos nuevos, como cuando presentó Sorpresa, sorpresa junto a Isabel Gemio. Montó un circo homenaje a su padre, Fofó, con el que salió seis años de gira. Ahora acaba de poner en marcha un nuevo show: Vuelve a soñar. En este proyecto repasa la historia de su familia, al mismo tiempo que impresiona con espectáculos de malabares, acrobacias y equilibrismos. «Estamos consiguiendo poner al público en pie en cada función. Creo que es nostálgico y que convence a los mayores, que nos disfrutaron de niños, y a sus hijos también», explica Rody. No se olvidan de las canciones de los payasos de la tele, que son el hilo conductor. «Todo el circo es nuevo y el equipo es maravilloso, tiene un talento increíble», afirma. A sus 65 años, Rody no se cansa de rodar, de llevar las risas de los payasos a todos los rincones de España, de emocionar al público. Pero también aguanta los inviernos en caravana y los días y días alejado de sus hijos. «Es una profesión muy dura pero muy gratificante porque nos dedicamos a hacer felices a los demás».

 El espectáculo permanecerá instalado en el entorno del muelle de O Ramal, en Vilagarcía, desde el sábado, cuando ofrecerá sus primeras funciones, hasta el domingo siguiente.