El fin de la condena de Alejandro Cerecedo, la calle con las aceras sucias

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MONICA IRAGO

Ravella explica que se ha adquirido un nuevo vehículo, adecuado para lugares como este, que comezó a funcionar ayer, justo el día en que se hicieron públicas las quejas de los comerciantes

22 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Estrechas y sucias, el estado de las aceras de la calle Alejando Cerecedo consigue sacar de quicio a los comerciantes que tienen sus negocios abiertos a esa vía. Esta semana estalló su hartazgo: a los manchones provocados por los orines y los excrementos de perros se han sumado los causados, durante la Festa da Auga, por animales de dos patas que utilizaron como meódromos públicos algunos portales. Fue la gota que colmó la paciencia de una calle «que huele a meos» y en la que los comerciantes inician la jornada, día sí, día también, intentando limpiar lo que el Concello, dice, no limpia.

Desde Ravella reconocían este miércoles que la situación de la calle no ha sido, hasta ahora, la mejor. El tamaño, en este caso el de las aceras, parece ser el responsable de esa falta de aseo público: la máquina hidrolimpiadora no cabe por las aceras. Así que, sí: aunque el servicio barre la calle con frecuencia, los comerciantes casi no recordaban cuándo fue la última vez que se lavaron las losas del suelo. Hasta ayer.

El problema de la calle parece haberse solucionado. Según explican desde Ravella, se había adquirido un nuevo furgón hidrolimpiador con unas medidas adecuadas para discurrir por las estrechas aceras de Alejandro Cerecedo. De hecho, ayer mismo ese vehículo hizo su primera batida por la calle. «Algo se nota ya», explicaban desde un comercio.

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Los comerciantes estarán pendientes de si se cumple o no ese anuncio. Llevan mucho tiempo reclamando al concello que se busque una solución y que se garantice su derecho a habitar una calle limpia. Esa, a fin de cuentas, es una responsabilidad municipal. Aunque desde los comercios de Alejandro Cerecedo no eximen de responsabilidad a los propietarios de perros que ni siquiera pestañean cuando sus animales realizan cualquier tipo de deposición sobre la acera. «A veces, aún tienen algo más que decir», señalan los responsables de negocios que muchas mañanas se encuentran las verjas de sus locales bañadas en orines caninos. Saben que no son los únicos que padecen ese problema: muy cerca, en la calle Vista Alegre, varios portales lucen carteles en los que se advierte de que «no son pipicanes», en un intento de llamar la atención y sacar los colores a los incívicos.

«Está claro que la responsabilidad en este asunto es de toda la sociedad y de la gente que tiene perros en particular», reflexionaban esta semana desde uno de los establecimientos afectados de Alejandro Cerecedo. «Pero si los dueños de los perros no tienen cuidado y no hacen lo que tienen que hacer, el Concello tendrá que encargarse de limpiarlo adecuadamente», razonan desde ese mismo establecimiento.