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El seleccionador estuvo una hora haciéndose fotos de grupo y firmando autógrafos
27 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Se dio un baño de masas y recibió en A Fieiteira el cariño de un millar de personas, preferentemente niños, pero Vicente del Bosque estuvo a la altura y respondió con mensajes de afecto y una hora de fotografías y firma de autógrafos. Tanto tiempo dedicó a este menester que llegó por los pelos al aeropuerto, empujado por la organización. «Quixo atender ao maior número de persoas posible», comentaba ayer el concejal de Deportes, Juan Luis Martínez.
El míster subió al avión con una maleta cargada del afecto que le demostraron los más de doscientos chiquillos del Natural Sport, el organizador del homenaje, pero que también le brindaron los miembros de Amicos y Ambar, así como de los clubes de fútbol Sálvora, Atlético Ribeira, Xuventú Aguiño, Carreira y Palmeira; las entidades de kempo Barbanza y Ribeira, Atletismo Santa Uxía y el equipo local de natación.
En la retina seguro que conservará por mucho tiempo la estampa que vio a su llegada al polideportivo y que podrá refrescar echando un vistazo al cinturón negro honorífico del Natural que recibió de manos de Mercé Barrientos, presidenta de la Federación Galega de Taekuondo; y a la insignia de oro y brillantes que le impuso el presidente del club, José Francisco Agrelo. Completaban el lote dos kimonos firmados por el equipo de alta competición.
Antes de su entrada triunfal en el complejo deportivo, Vicente del Bosque tuvo tiempo de conocer algunos de los atractivos turísticos de las tierras barbanzanas. Desde el mirador de A Pedra da Rá, se quedó maravillado con la estampa que deja el bravo mar al fundirse con las dunas de Corrubedo; mientras que en el restaurante Benboa paladeó algunas de las exquisiteces de la zona, desde pescados y mariscos hasta conservas variadas.
Tanto el seleccionador nacional como el resto de miembros de su delegación, entre los que se encontraba Gabriel Masfurroll, vicepresidente del Barcelona y máximo responsable de la Fundación Álex, destacaron no solo el menú que tuvieron ocasión de degustar en el local corrubedano, sino el modelo de negocio en sí, con el que quedaron gratamente sorprendidos. Fueron cinco horas muy bien aprovechadas.
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