Noche de paz, amor y jornada de reflexión

Fran Brea CRÓNICA

BARBANZA

03 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Es época de ir desempolvando el repertorio de villancicos para cantar alrededor de una mesa o para poner como hilo musical en las calles. La Navidad está a la vuelta de la esquina y eso se percibe sin tener la necesidad de mirar el calendario. En muchas calles ya está instalado el alumbrado, los supermercados nos muestran ofertas de turrones y polvorones en cada rincón y en la televisión los anuncios donde aparecen modelos y voces en off hablando un perfecto francés para vendernos elegantes y embriagadores perfumes se repiten hasta hacernos creer que podríamos viajar a París y defendernos perfectamente en cualquier perfumería.

Pero antes de que Papá Noel descienda por las chimeneas de las casas cargado con su saco de regalos se celebrará una cita de la que ya llevamos tiempo oyendo hablar y de la cual todavía oiremos más a medida que se vaya acercando la fecha. No se trata del sorteo de la Lotería Nacional de Navidad, sino de las elecciones generales del día 20. En Ribeira, por ejemplo, durante esta semana han aparecido paneles en diversos puntos del casco urbano a la espera de que las caras de los diferentes candidatos a gobernar España se peguen en ellos, que será esta noche. Este es solo el primer paso para convencernos de, por una parte, acudir a las urnas y, por otra, depositar nuestro voto.

Las siguientes medidas que tomarán los partidos políticos no serán tan silenciosas. La experiencia de elecciones pasadas nos hace prepararnos para lo peor: las sintonías de cada grupo con su mensaje propagandístico a todo volumen paseando por las calles, y esto cuando todavía podemos recordar las músicas por los comicios celebrados en mayo. La cosa no quedará aquí, los mítines son algo esencial incluso para aquellos que dicen llegar con el objetivo de cambiar el rumbo del país haciendo una política «nueva».

Habrá mucho ruido durante las próximas semanas, por lo que no sería descabellado pedir a los ayuntamientos o a los comercios que tengan pensado instalar altavoces en las calles para poner la misma lista de villancicos de todos los años, que sean considerados y esperen. La Navidad, a pesar de lo que se empeñen en hacernos creer los grandes almacenes y las marcas de colonias, no empieza en noviembre. Dejen pasar los coches de los partidos políticos una y otra vez, día tras día, por las calles sin darle al play del listado de canciones navideñas.

No es buena idea que el famoso espíritu navideño nos invada mientras escuchamos clásicos de toda la vida como Noche de paz y, de repente, se vaya por donde vino al oír un megáfono con una voz que intenta conseguir nuestro voto con todo tipo de promesas.