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El acceso al monte está en buen estado aunque muchas personas que suben echan en falta que se pinte la línea central de la carretera
03 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.«¡Qué vistas!» o «valió la pena subir hasta aquí» son comentarios típicos que se pueden oír cuando uno está rodeado de gente en el mirador de A Curota, uno de los emplazamientos naturales más famoso de la comarca. Llegar es fácil si se siguen las indicaciones, una vez se haya salido de la AG-11, y antes de alcanzar la cima puede hacerse una parada en la hermana pequeña, A Curotiña. El alcalde de A Pobra, Xosé Lois Piñeiro, y la edila de Medio Ambiente, Genoveva Hermo, han mantenido reuniones con miembros de las comunidades de montes y este es un punto que valoran mejorar, según afirmó el regidor.
El firme de la carretera de acceso está en buenas condiciones, fueron sonadas las protestas por su estado hasta que se acondicionó, salvo en algunas zonas donde el paso de los coches empieza a hacer mella y se pueden ver grietas y baches. Hay un punto donde el vial se estrecha y, aunque el asfalto se conserva bien, mucha gente lamenta que la carretera esté pintada solo por ambas márgenes, pero no en el centro dividiendo los carriles.
En la zona no es extraño que se instale la niebla y cuando cae la noche la visibilidad es escasa. Por ello, hay quien opina que la línea de separación de los carriles sería un buen elemento de seguridad, ya que serviría como referencia cuando las condiciones no son las más óptimas para la conducción.
El estado de los viales en la zona es algo que también ha analizado el equipo de gobierno, por lo que estudiarán que se puede mejorar e incluso recomendarán «circular con precaución» por alguno de ellos. Por otra parte, comunidades de montes y Concello ven con buenos ojos habilitar pistas y senderos para peatones, «o aumento das zonas de ocio faríase sempre respectado o medio natural», indicó Piñeiro.
Accesibilidad a la cima
Una vez que se aparca el coche, al salir uno ya puede girar sobre sí mismo y contemplar el parque dunar de Corrubedo, la sierra de Barbanza, la ría de Arousa y la senda que necesariamente hay que hacer a pie para situarse en el lugar habilitado como mirador. Ese camino formado por piedras puede suponer un problema para los que no caminen con paso firme por ese tipo de terrenos y es un obstáculo insalvable para las personas con dificulta sus movimientos. El alcalde de A Pobra aseguró que «se podemos facer algo para melloralo o faremos», y apuntó que «o camiño deteriorouse cando se fixo a instalación das antenas de telefonía».
Los vándalos llegan a todos los lugares y ya han dejado su huella en el mirador. El cartel situado a los pies de su acceso ya no es ni siquiera legible y en varios bancos hay pintadas que afean la piedra. Aún así, por suerte, su pegada no logra empañar el paraje.
Cambio de provincia. Desde la cima puede divisarse, aunque la niebla se pose sobre el mar, la provincia de Pontevedra, en esta instantánea tras Cabo de Cruz. foto mónica ferreirós
Cambio de firme. Puede continuarse el camino, aunque la carretera ya no está en tan buen estado como hasta el mirador. foto carmela queijeiro
Dibujos sin arte. La información que se muestra en el panel ya es ilegible por culpa de las pintadas hechas por los vándalos. foto C. Q.
Antena de telefonía. Aunque son necesarias, no parece que este sea el mejor entorno posible para instalar una antena como esta. foto c. q.
Camino de piedras. El acceso al mirador es imposible para una persona que por algún motivo tenga dificultades de movimiento. foto c. q.