Además de para crispar a unos cuantos, en un sentido u otro, la memoria histórica está sirviendo estos días en Ribeira para hacer bueno su nombre y propiciar que nombres perdidos para muchos en el baúl de los recuerdos regresen a la actualidad, lo que también sirve para que algunos curiosos desconocedores de la historia de la centenaria se pongan al día, algo que nunca está de más. Cuatro son los hombres cuya virtud, por su pasado franquista, ponen en duda algunos para que continúen dando nombres a calles o para que, incluso en la sepultura, sigan gozando del título de hijos adoptivos. Sin embargo, solo uno, Miguel Rodríguez Bautista, ha despertado la controversia. Del resto ni se habla, está claro que pasaron sin pena ni gloria. Pero el exalcalde Miguel Rodríguez, llegado desde Valladolid antes de comenzar la Guerra Civil para hacerse cargo de la oficina de telégrafos, no deja indiferente a la ciudadanía y hasta se está preparando una campaña de recogida de firmas para evitar que se le retire el nombre a la calle. Más que sembrar la paz, la propuesta de despojarlo de ese vestigio de su paso por Ribeira ha desatado la discordia.
Miguel Rodríguez Bautista fue jefe local del Movimiento y hay quien apunta que hasta hombre de Franco en la zona. Los mismos méritos que acumularon otros insignes personajes de esta España nuestra que, finado el caudillo, acabaron perfectamente acomodados en el Congreso. No se sabe si Rodríguez Bautista hubiera seguido los pasos de la bendita transición, porque sobrevivió bastante menos que el caudillo.
Al repasar su dieciocho años de mandato afloran actuaciones de todo tipo, como la construcción de una lonja de pescado y las gestiones llevadas a cabo para levantar una plaza de abastos. Casualidades de la historia, el investigador Daniel Bravo Cores explica en su libro Alcaldes de Ribeira para un siglo que Miguel Rodríguez Bautista pretendía hacer el mercado en la plaza de Teruel, antaño llamada Cuartel Viejo. Repasando la historia, no se encuentra relación alguna entre Ribeira y la ciudad de Teruel y salvo que se quisiera evidenciar, dándole este nombre a este espacio público, que, como dice el eslogan, Teruel existe, lo único que se sabe que hubo en Teruel fue una victoria, desgraciadamente como tantas otras, de los que no respetaron el legítimamente constituido gobierno republicano.
Hay quien recuerda de Miguel Rodríguez Bautista que mantuvo siempre su compromiso falangista, otros recuerdan que fue el artífice del hoy llamado colegio O Grupo. El juez encargado de quitar o poner nombre se ha inhibido en la causa, pero parece que el proceso se librará en otros ámbitos.