El temor al radón en las viviendas aumenta la instalación de medidores

raquel iglesias RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MATALOBOS

El aparato debe colocarse en la estancia más habitada de la casa durante tres meses

13 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace treinta años que la Organización Mundial de la Salud reconoció al radón como un cancerígeno humano. Se trata de un gas radiactivo incoloro, inodoro e insípido que procede de la descomposición del uranio presente en la corteza terrestre, y que con solo escuchar su nombre algunos ya se echan a temblar. No en vano, su relación con los tumores de pulmón es cada vez más evidente. Barbanza es una comarca especialmente sensible a este tema -Ribeira es el municipio gallego con la tasa de mortalidad más alta de Galicia por esta enfermedad-, y cada vez son más los vecinos que instalan medidores en sus viviendas para conocer las concentraciones de gas a las que se exponen.

También en la comarca hay pacientes de cáncer de pulmón seleccionados para participar en estudios sobre los efectos del gas radiactivo en la población que tienen acceso a estos aparatos, tal y como han confirmado desde el Laboratorio de Radón de Galicia.

Un procedimiento sencillo

La medición en el interior de un inmueble es un proceso sencillo. Se suelen usar detectores pasivos que deben permanecer en la estancia a medir un mínimo de tres meses, si bien también los hay más rápidos.

En un plazo aproximado de un mes, este organismo oficial informa a los interesados de su exposición al gas y de las medidas que pueden llevar a cabo para reducir los niveles de concentración.