Lesmes: «Siempre me reseteo. No quiero presentar algo similar a lo que salió el año anterior»

Carmen Fernández RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MANUEL IGLESIAS, LESMES

El ribeirense gana, por segundo año consecutivo, el premio al mejor fotógrafo de bodas

09 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Coronarse en los certámenes de fotografía se está convirtiendo en una costumbre para el ribeirense Manuel Iglesias Vázquez, Lesmes. El mes de noviembre acabó con buenas noticias para él: había sido distinguido como el mejor fotógrafo de bodas a nivel nacional por la Federación Española de Profesionales de la Fotografía y la Imagen (Fefpi). No solo quedó ahí el premio a su trabajo, sino que también consiguió dos trofeos Lux de la Asociación de Fotógrafos Profesionales de España (AFPE) en las categorías de reportaje documental y social en el primer año que se presentaba a este concurso.

«Es un reconocimiento importante. Fue una coincidencia que seguro no volverá a ocurrir», afirma el fotógrafo, que repite premio por segundo año consecutivo de la Fefpi, cuya gala fue online debido al coronavirus. Lesmes asegura estar muy contento, no solo por los galardones, sino por haber ganado en la categoría de bodas. «Al final es mi trabajo, lo que hago día a día», apunta. Para él, el reportaje fotográfico es diferente, ya que es algo que practica en su tiempo libre y una vez terminado es cuando puede ofrecerlo para exponer o para participar en premios.

La imagen por la que fue designado el mejor fotógrafo de bodas del año fue captada en el primer enlace al que acudió en la pandemia, el 7 de julio. Lesmes consiguió colocar otras dos instantáneas más entre las diez finalistas a los Fefpi, también tomadas después del confinamiento. Adaptarse a la nueva realidad fue complicado, afirma, pero el resultado valió la pena. «Tienes que trabajar cerca de 14 horas con la boca tapada, lo que te dificulta para respirar y comunicarte. Es un trabajo muy físico y eso afecta más. Pero hay que adaptarse a ello, sin tirar la toalla», indica.

Blanco y negro

Las obras premiadas de Lesmes en los dos certámenes tienen un nexo común: el blanco y negro. La serie fotográfica

Salitre, suor e cunchas

con la que ganó el Lux Bronce en reportaje documental, las tres que forman parte de

Querida avoa

y que le otorgaron el Luz Plata en reportaje social y la ganadora del Fefti siguen esta tendencia. Y no es casualidad, ya que es una opción por la que suele apostar. «Vi muchas fotos en blanco y negro de pequeño y me sale más. También trabajo en color, pero depende del momento. Hay fotos que no funcionan en color o en blanco y negro», comenta. Una de las razones por la que la balanza se inclina por la segunda opción es la concreción que transmite. «Centras más la atención. Es directa, pero simple. Al mirarla no te distraes porque no se destacan elementos que puedan interferir», apunta Lesmes.

Para presentar material a un concurso es necesario invertir tiempo en la selección. A la hora de elegir, Lesmes intenta poner la mente en blanco para valorar de la forma más objetiva posible su trabajo. «Siempre me reseteo. No quiero presentar algo similar a lo que salió el año anterior. Voy haciendo descartes y me quedo con las fotografías que más me impacten visualmente, teniendo en cuenta la técnica», expone.

El fotógrafo ribeirense señala que una de las razones por las que se presenta a premios es por su padre, fallecido en el año 2014. «Todo lo hago por él. Hasta que me jubile me superaré diariamente por él. Ganar estos certámenes te aporta reconocimiento dentro de la profesión», declara.

Las bodas son las ceremonias que centran el trabajo de Lesmes. Y en él invierte muchas horas. De hecho, una vez que la pareja contacta con él realizan varias reuniones, visita el lugar en el que será el enlace para estudiarlo, y una vez que pase el gran día, llega la labor de edición, selección y el acabado del álbum. Eso si no hay fotos en estudio de la posboda. «Puedo estar una semana trabajando en un enlace», concreta el ribeirense.