El futuro del kenpo está en Barbanza

Carlos Peralta
CARLOS PERALTA RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Paula Ouviña y Adrián Pego son, a sus 18 años, una prometedora dupla de luchadores y competirán en el mundial que se disputa en Túnez del 9 al 14 de mayo

18 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Es un día cualquiera en el gimnasio del Kenpo Pobra. La tarde avanza y dos jóvenes llegan a las instalaciones. Su entrenador, Miguel Pérez, les espera para iniciar tres horas de entrenamiento.

Los primeros 60 minutos los dedican a actividad física. Desde levantamiento de pesas a la cinta de correr o la bicicleta estática, los dos se emplean a fondo en esta primera tanta de ejercicios. Una vez finalizada esta fase, toca centrarse en su deporte, el kenpo. Quedan todavía dos horas más de una rutina que se repite, en vísperas de un mundial, seis días a la semana.

Barbanza tiene un futuro prometedor en esta combinación de artes marciales de origen japonés. Este mérito pertenece en buena parte a la pobrense Paula Ouviña y al ribeirense Adrián Pego, ambos con tan solo 18 años. Su empeño ha dado sus frutos y acudirán al mundial sub-21 que tendrá lugar en Túnez del 9 al 14 de mayo. Una cita que será la primera vez para Paula y la segunda para Adrián, medalla de oro en su estreno en la categoría kobudo.

La luchadora se estrena en esta competición con presencia en hasta cinco modalidades, una menos que su compañero. Dos de ellas, kobudo y full-kempo siguen la estructura de las katas de kárate. Ambos deportistas participarán en estas disciplinas, en las que deberán hacer una exhibición de fuerza, técnica y velocidad y en las que cualquier error se penaliza. En el kobudo, además, la destreza se demuestra con un vara alargada llamada bo.

Hasta tres árbitros vigilarán los puntos válidos de otras dos disciplinas, sumission y semi-contacto, en las que tendrán que vérselas en combate ante duros rivales. La primera consta de dos minutos de pura tensión en la que los luchadores deberán acertar con sus golpes en puntos clave, mientras que en la modalidad semi-contacto también está permitido derribar al rival y asestarle golpes bajos.

Kempo ante el «bullying»

Paula lleva a las órdenes de Miguel casi toda su vida. «Llegué con 5 años porque probé fútbol y atletismo y me aburría». Hasta que el kenpo se cruzó en su camino: «Me gustó mucho el ambiente y tener que dedicarle tanto tiempo», recuerda la pobrense. Adrián llegó más tarde, a los 12 años. «A esas edades la gente puede ser muy cruel y se metían conmigo, buscaba una forma de evadirme y acabé encontrando mi vocación», señala Pego, que remarca que, con el tiempo, los abusones le dejaron en paz.

Los dos son ambiciosos de cara a este campeonato mundial. Paula se muestra con mucha confianza en kobudo y en semi-contacto, ya que acumula varios triunfos consecutivos en competiciones anteriores.

Un ejemplo a seguir

Además, también espera hacer un buen papel junto al vilagarciano Mario Hermo en defensa personal, una espectacular exhibición en la que ambos coreografían cuatro fases de un combate frenético que tendrá lugar con y sin armas blancas.

Adrián espera repetir su triunfo en kobudo aunque su predilección son los combates. «Tienes que estar totalmente seguro de lo que vas a hacer, si titubeas un poco te derriban», explica el luchador criado en la parroquia de Oleiros.

Su entrenador es un técnico feliz por los resultados de sus pupilos. Adrián repite presencia en un campeonato del mundo sub-21. Paula, con su debut, se convierte en la primera mujer de Barbanza que acudirá a esta cita. «Los dos son un espejo», afirma Pérez, que señala que en el caso de la pobrense, su logro abre camino: «Tenemos un grupo de niñas con futuro». Un elenco de promesas que, gracias al tesón de Paula, saben «que con trabajo se puede llegar muy lejos».