Las últimas procesiones pudieron salir después de varios actos a cubierto
20 abr 2025 . Actualizado a las 19:35 h.La Semana Santa ha terminado en Barbanza por todo lo alto. Después de que tuviesen que cancelarse la mayoría de procesiones debido a las malas condiciones meteorológicas, el Domingo de Resurrección, que cierra los actos litúrgicos, pudo celebrarse al aire libre para alegría de cofradías y fieles, poniendo así un feliz y emotivo broche de oro a una de las festividades religiosas con más devotos.
En Muros tuvo lugar la tradicional escenificación de La Palomita. Este año la protagonista fue Emma Pose, de 8 años, al encargarse de representar al ángel que anuncia a la Virgen que Jesús ha resucitado. Y lo hace descendiendo en globo, una señal característica de esta celebración muradana que atrae a cientos de personas.
Al descender por la roldana, la pequeña le retiró el manto negro a la Virgen para dedicarle las palabras tradicionales: «No más luto, reina soberana, que ha resucitado vuestro hijo». Acto seguido, lanzó tres aleluyas que emocionaron al público. En el último empezó a sonar el himno gallego.
La escenificación tuvo lugar en O Curro da Praza. Los cuatro portadores de la Virgen realizaron la reverencia con la imagen a hombros, dando tres pasos hacia delante y otras tantos hacia atrás y arrodillándose.
Después del acto central, la comitiva salió en procesión por la calle Ancha y por el Camiño Novo hasta la iglesia, acortando un poco el recorrido por temor a la lluvia. Además de la talla de la Virgen, también participaron la de Cristo Resucitado, la de San Juan, la de San Pedro y la de la Magdalena, estas tres últimas portadas por mujeres. José Luis Martínez, Pitix, presidente de la Cofradía de la Santísima Virgen de los Dolores, se felicita de este «bonito broche» después de una Semana Santa «cativa de tempo».
Estreno en Rianxo
En Rianxo, el párroco de Santa Columba, Marcelino Sánchez, coincide en que este Domingo «de sol esplendoroso» ha sido «como unha bendición a todo o traballo que hai detrás». «Foi un día grande, a guinda de ouro á Semana Santa», se congratula. Y es que por fin las nuevas imágenes de Jesús Resucitado y de la Virgen de la Esperanza, de blanco inmaculado, pudieron procesionar, estrenándose entre una multitud de fieles que recorrieron el casco viejo rianxeiro.
Antes, en el atrio de la iglesia, se llevó a cabo el Encuentro entre las dos tallas. «¡Viva Jesucristo Resucitado!», gritó tres veces el cura, siendo respondido todas ellas por un animado «¡viva!» por parte de los asistentes. La banda de tambores de la Irmandade da Paixón de Cristo puso el toque musical.
En Porto do Son cayó un chaparrón pero a los pocos minutos ya pudo salir la procesión de Jesús Glorioso de la capilla de A Atalaia. El Encuentro transcurrió en la plaza de España. Allí los jóvenes que se están preparando para la Confirmación iban relatando los hechos.
La Banda de Música de Caldas entonó el Máter Mea y la Escuela Municipal de Música interpretó un aleluya pascual cuando se anunció la resurrección de Cristo. Acto seguido se produjo la entrada triunfal en la plaza de Jesús a hombros de 18 hombres para encontrarse con la de la Virgen, portada por diez mujeres que también iban de riguroso luto. Al finalizar el evento las dos imágenes marcharon en procesión hasta la iglesia.
Juan Pérez Pouso, de la cofradía sonense, recuerda que pudo celebrarse al aire libre el domingo de Ramos, el Vía Crucis del martes que tuvo que suspenderse a medio camino por la lluvia, y la procesión de la Soledad. El resto de actos, a cubierto.