La Policía Local de A Pobra investiga quién está detrás de las dos pintadas aparecidas en la que fuera residencia de Valle-Inclán
14 jun 2025 . Actualizado a las 12:54 h.Es una de las piezas más importantes del patrimonio histórico y cultural de A Pobra, pero desde hace años vive en un estado de abandono al que ahora se acaban de sumar dos grandes pintadas en una de sus fachadas, concretamente en la de la capilla que da acceso a la AC-305. El pazo de A Mercé, que es una propiedad privada, amanecía hace unos días con estos coloridos grafitis que han venido a dar la puntilla a una construcción que llegó a ser una de las más importantes del municipio, que entre otros inquilinos tuvo a Frai Martín Sarmiento y a Ramón María del Valle-Inclán y a su familia, y que era el lugar donde se celebraban las tradicionales ferias.
El alcalde de A Pobra, José Carlos Vidal, condenó este nuevo atentado y anunció que la Policía Local ya está redactando un informe para conocer al posible autor —puesto que las pintadas están firmadas—, además de interponer la correspondiente denuncia. Lamentó el estado en el que se encuentra esta histórica construcción y no descartó que en un futuro el Concello pueda intentar adquirirla con la colaboración de la Xunta dado su importante valor patrimonial.
También el portavoz de la familia propietaria, Juan Boullón, criticó este delito contra un edificio que forma parte del patrimonio, y recordó que el autor puede exponerse a una multa considerable.
Explicó que justo estos días se procedió a realizar una limpieza en el interior de la construcción y que se está ultimando el reparto de la herencia, aunque anunció que no está en sus planes vender dicha propiedad. De hecho, la intención es que la persona que finalmente se quede con el pazo lo reforme para destinarlo a un alojamiento de turismo rural o a una vivienda particular, siempre respetando la normativa vigente para rehabilitar este tipo de construcciones.
En todo caso, Boullón puntualizó que se mantendrán todas las cláusulas del convenio firmado en su día con el Concello de A Pobra, y en el cual la familia propietaria se comprometía a reservar una serie de estancias que utilizó Valle-Inclán para poder ser visitadas.