Medio centenar de personas confeccionaron las alfombras florales que engalanaron el entorno del templo de Santa Baia
01 jul 2024 . Actualizado a las 18:21 h.Un grupo de boirenses se propusieron recuperar la tradición de las alfombras florales que tanta importancia tuvo en el pasado en la localidad y que se fue al traste tras la irrupción de la pandemia. Pese a que los tapices no alcanzaron este domingo las dimensiones de la era precovid, volvieron a llenar de color el entorno de la iglesia de Santa Baia.
Los trabajos de preparación de las flores y la sal comenzaron hace días, pero se intensificaron la noche del sábado. Sobre las 22.30, un batallón formado por medio centenar de personas tomó la zona con el fin de darle forma a diferentes motivos religiosos y ornamentales sobre el pavimento de del atrio del templo parroquial, de una parte del Camiño Real y de la bajada hacia la calle Principal. La lluvia interrumpió su trabajo un par de horas después, cuando quedaban los remates y las partes de sal tintada, que tuvieron que posponerse.
Poco después de las siete de la mañana del domingo, los voluntarios entraron de nuevo en acción y completaron el trabajo aupados por los primeros aplausos de los espectadores más madrugadores. A medida que avanzó la mañana se produjo un goteo incesante de personas interesadas en contemplar los tapices.
Más efímeras que nunca
Pero a diferencia de lo que ocurría en el pasado, cuando las alfombras permanecían intactas hasta última hora de la tarde, en esta ocasión la procesión que puso fin a las obras de arte más efímeras tuvo lugar tras la misa solemne del mediodía. Encabezaron el desfile un grupo de personas ataviadas con trajes regionales, que portaban diferentes ofrendas. También formaron parte de la comitiva, que siguió el recorrido habitual hasta el cruceiro de Bao, los chiquillos que hicieron la Primera Comunión.
Aunque queda un año por delante para el próximo Corpus, los impulsores de las alfombras florales consideran que este domingo se dio un paso importante para conseguir en un futuro cercano que la celebración alcance en la localidad boirense el esplendor de épocas pasadas.