Era el único tema de conversación ayer en Carnota. Los vecinos de más edad no recordaban una noche igual, en la que las altas temperaturas no dejaron pegar ojo a la mayoría de parroquianos. «Foi unha noite de demos. Uns tiveron que saír a fóra, outros abrir a neveira, algúns non paraban de suar... Aquí todo o mundo fala do mesmo», reconoció el alcalde de municipio, Juan Manuel Saborido.
Curiosamente, él fue uno de los pocos que pudo dormir a pierna suelta y rentabilizar el ventilador que colocó el año pasado en el techo de su dormitorio. «Foi a primeira vez que o usei e estivo a traballar toda a noite. Eu durmín coma un Pepe», confesó el regidor, que bromeó con que Carnota se uniese a la Champions de las temperaturas más altas de Galicia.
Efecto invernadero
«Sempre que se fala dos concellos con máis calor pensamos en Ourense, e competir con eles non é ningunha broma», apuntó. Aunque Juan Manuel Saborido no es ningún experto en la materia, explicó que la especial orografía del Carnota provoca que los termómetros siempre varíen varios grados —de más en verano y de menos en invierno— con respecto a los municipios limítrofes.
El alcalde especifica que la localidad tiene la forma de un valle pegado justo al lado de la carretera «e cunha praia de sete quilómetros e medio». La humedad que viene del mar no se disipa y queda flotando «facendo un efecto invernadoiro». «É o mesmo que ocorre coa neblina, fai coma unha boina por todo o concello e non ventila». Sea por una cosa o por la otra, lo cierto es que la noche del martes Carnota fue la sartén de Galicia.