
De sus manos salieron las mejores dornas que se hicieron en A Illa
27 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Hubo un tiempo en el que el mejor regalo de bodas que un novio de A Illa podía recibir era una dorna para poder ir al mar. Y la inmensa mayoría de ellas salían del taller de Ramón Blanco Nieto, Monchito Carpinteiro, que había aprendido el arte de moldear la madera de manos de su padre. Un arte que él fue mejorando con los años hasta convertirse en el mejor, en el último gran maestro de la carpintería de ribeira. «Primeiro botáballe auga quente para que a madeira dobrara e non cedera, pero despois dei cunha táctica. Hai que saberlle os trucos, porque se as cravaba, xa rompían, tiña que deixalas sen cravar moitos días», explicaba hace unos años en las páginas de La Voz.
Con el paso de los años las dornas abandonaron su tarea inicial, cuando llevaban a los marineros a las Cíes o a Noia para buscar mejillón o cangrejos para convertirse, gracias al trabajo de varias asociaciones, en embarcaciones de regatas. Y ahí, las que salían del taller de Monchito Carpinteiro también eran las mejores. Todas bautizadas con nombre de mujer todas con el sello del maestro de Cabodeiro, que ayer fue enterrado en el cementerio de A Illa.