El arquitecto que dejó la ciudad para triunfar con sus diseños desde una aldea de Outes

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

OUTES

Carlos Campos, arquitecto de Outes
Carlos Campos, arquitecto de Outes Marcos Creo

Carlos Campos ha realizado proyectos para varios negocios hosteleros

09 dic 2021 . Actualizado a las 08:09 h.

Que es posible triunfar desde una pequeña localidad rural lo pone de manifiesto el arquitecto de Outes Carlos Campos Sendón, quien tras más de una década trabajando en A Coruña decidió dejar la ciudad para establecerse en el núcleo de A Barreira, en Tarás, del que es su familia. Asegura que «sempre tiven claro que quería vivir na aldea, porque a calidade de vida é mellor».

Todo ello a pesar de que los servicios en las zonas alejadas de las urbes todavía dejan bastante que desear, pese a lo mucho que últimamente se habla sobre la necesidad de fijar población en el área rural. Hoy en día, cuando la informática ha pasado de ser una herramienta optativa para convertirse en imprescindible, Carlos Campos reconoce que «teño unha conexión ADSL bastante deficiente, con numerosas dificultades para conectarme».

Sin embargo, este profesional busca el lado positivo y subraya que «estou moi preto de Santiago, ben comunicado por estrada». Pese a esta visión favorable, señala que «facer arquitectura de autor na Serra non é doado, pero a min foime ben».

Conceptos y espacios

Apegado a las raíces y cultura de un entorno rural, Carlos Campos explica que cada uno de sus proyectos tiene una razón de ser y otorga dimensión a su actividad: «A arquitectura son os conceptos que hai detrás dos espazos».

Poco a poco, sus singulares diseños se extienden por el territorio y en el último par de años ha dado forma, sin que la pandemia haya constituido un obstáculo, a complejos turísticos de carácter muy dispar.

Suyo es el Glass Cube promovido por el empresario hostelero outiense Iván Nine. Un alojamiento con cubos de cristal que sigue la línea del glamping, conjugando la comodidad de un establecimiento convencional con el contacto directo con la naturaleza y la privacidad.

También es artífice de los cinco bloques, con un total de diez habitaciones, que conforman el Atmos, el primer hotel de cuatro estrellas abierto en el municipio de Outes. De igual manera, es obra suya la rehabilitación efectuada en una casa de 52 años convertida, de la mano de Lucinda Caamaño y José Manuel Calvo, en alojamiento de turismo rural.

También en A Baña hay apartamentos turísticos que llevan su firma y entre su cartera de actuaciones no falta la adecuación de inmuebles, como uno con espléndidas vistas al Centro de Actividades Náuticas de O Freixo u otro emplazado en la calle de O Hórreo de Santiago.

Propuestas de obras privadas y públicas, como la conversión de una antigua escuela unitaria en centro de emprendimiento en A Serra, cobran forma de la mano de Carlos Campos. Está satisfecho porque, indica, «teño unha carga de traballo grande». Bajo su punto de vista, un aspecto fundamental es que haya una relación con el cliente a la hora de desarrollar los trabajos.

Se define a si mismo como «un arquitecto arriscado», aunque asegura que «a esencia da arquitectura é pensar na esencia humana». Desde una pequeña población en la que transforma en rehabilitaciones u obras nuevas sus propuestas, asegura que «a arquitectura ten que mimetizarse co entorno».

En breve, su intención es trasladarse al núcleo de Outes, donde dispone de un bajo que convertirá en su estudio. Sin embargo, y como suele pasar en determinadas profesiones, afirma que hasta ahora no ha dispuesto de tiempo suficiente para poder acondicionarlo.