Glamurosa caravana en Outes

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

OUTES

Más de cien coches y una veintena de camiones honraron a San Cristóbal

28 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La coincidencia de sol y fiestas provocó que el fin de semana se formaran caravanas en determinados puntos de Barbanza, pero sin duda, la más glamurosa fue la que recorrió el domingo las calles de Outes. Vehículos engalanados con flores, globos y otros coloridos elementos circularon por la carretera AC-550 a su paso por A Serra de Outes y atravesaron la localidad de O Freixo para rendir tributo a San Cristóbal. La singular procesión se enmarcó en las fiestas de Santiaguiño, que llegaron a su fin con una jornada repleta de actividades lúdicas.

La procesión estuvo precedida de una misa solemne que el párroco Roberto Freire ofició en el Parque da Cruz. La liturgia, seguida por numerosos feligreses, contó con las actuaciones de la coral Pedra Serpal y el grupo de gaitas Canlebó. Una vez finalizada, arrancó la caravana de vehículos, que estuvo encabezada por un camión de la empresa Genebrando Castro.

El recorrido automovilístico, de unos siete kilómetros de distancia, constituye uno de los grandes atractivos de las fiestas patronales de Outes. Tanto es así que numerosas personas se apostaron en las aceras de los núcleos de población para seguir el paso de los vehículos y saludar a sus ocupantes, que respondían con sonoras pitadas. Fueron muchos los que se quedaron gratamente sorprendidos con la afluencia de participantes, pues se llegaron a contar una veintena de camiones y más de un centenar de turismos, comitiva que se completó con un nutrido número de motos y varios tractores.

Cuando todos los motores se apagaron llegó el otro plato fuerte del día grande de las fiestas de Santiaguiño: la macrosardiñada que, como siempre, se montó en la Horta do Muíño. Allí habían entrado en acción previamente diez parrillas, dispuestas para asar los 600 kilogramos de sardinas que se pusieron a disposición de los comensales. El menú se completó con 300 kilos de pan de maíz y cuatro barriles de vino.

El pescado fue para muchos un entrante, pues aprovechando la sombra de los árboles, familias enteras y pandillas de amigos instalaron mesas y sillas para darse un festín en el lugar, que se convirtió en escenario de una gran romería. A ello contribuyó la música tradicional que llegó de la mano de la escuela local.

Y todavía faltaba el colofón de los festejos de este año, la última verbena. Estaba previsto que la orquesta Finisterre y la cantante Fátima Pego pusieran el broche a cuatro días de celebraciones. Francisco Calo, alcalde de Outes desde el pasado mes de febrero, ha anunciado ya que su intención es incrementar el abanico de actividades de cara al Santiaguiño del 2026.