La pluma de Rianxo que tiene una vida de libro

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

RIANXO

MARCOS CREO

Roberto Abuín vivió un tiempo en la selva mexicana, montó su propia residencia literaria y se codea con importantes escritores

19 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay vocaciones que aparecen a edades muy tempranas para quedarse por siempre formando parte de la vida de aquellos que las cultivan. Le sucedió a Roberto Abuín (Rianxo, 1979), que empezó a escribir cuando todavía era un niño que estudiaba en el colegio Brea Segade de Taragoña y sigue desde entonces gravitando en torno a las letras. Además de crear sus propias obras, es editor y promotor de encuentros culturales. Y tiene una trayectoria digna de ser plasmada en un libro, en la que destacan una etapa en la selva de México, país en el que fundó una empresa dedicada a la publicación que hoy es puntera en Latinoamérica, y los contactos que mantuvo y sigue teniendo con reconocidas plumas a nivel internacional.

La vida de este rianxeiro empezó a cobrar intensidad cuando estudiaba Filosofía en la USC. Siempre había tenido inquietud por las letras y la lectura, pero el giro hacia las obras de pensamiento filosófico que dio en la adolescencia lo llevaron a decantarse por esta rama. Fuera de las aulas contribuía a agitar el movimiento cultural de Santiago, que por aquel entonces estaba en auge. Fue uno de los impulsores del colectivo filosófico Ápeiron, integraba la comisión cultural universitaria, organizaba congresos y recitales...

Y ya entonces empezó a interesarse por la edición de libros, hasta el punto de trabajar para una empresa dedicada a este sector. Todavía se acuerda del primer volumen con su sello que tuvo entre las manos: A terra baldía, una traducción al gallego de la obra de T.?S. Eliot: «Lévoo no corazón, porque foi o primeiro e gústame moito ese poeta». También entonces se estrenó como escritor, a través de críticas de teatro y danza que escribía para revistas locales.

Pero quizás, el proyecto que marcó su vida fue Espacio, una iniciativa impulsada por la Fundación Granell de la que era coordinador: «Empezamos con encontros con artistas, pero logo ampliamos a concertos e intervencións na rúa». Y de nuevo, Roberto Abuín se cruzó con el mundo editorial, a través de Espacio Editores: «Os primeiros traballos feitos integramente por min xurdiron alí».

Pese a reconocer que estaba entusiasmado con aquella intensa actividad, un viaje a México dio un giro a su destino. Acudió en su faceta de filósofo, para impartir una charla, y se enamoró del país, hasta el punto de irse a vivir a la selva. Allí paso un tiempo, con una pareja que carecía de luz y agua, y sobrevivía de la caza y la pesca, hasta que puso rumbo a casa: «Volvín, pero soñando co regreso». Y tras concluir los estudios de Filosofía cruzó de nuevo el charco, esta vez con un objetivo claro, sumarse a una editorial que estaba emergiendo y que hoy en día es una de las más importantes de Hispanoamérica, Almadia. En aquella segunda estancia en México, el rianxeiro se codeó con Margo Glantz, Mario Bellatin, Juan Villoro, Francisco Goldman y otras importantes plumas de América, la tiempo que amplió su formación, estudiando Antropología.

Nueva etapa en casa

Tras unos años de intensa actividad, un problema familiar lo llevó a regresar: «Redescubrín o paraíso, volvín namorarme da cultura galega». En su Rianxo natal quiso darle continuidad a su faceta de editor, montando en el 2011, junto a varios socios, Axóuxere. Bajo esta marca nació después un proyecto innovador, una residencia literaria: «Collemos unha casa en Brión que me encantaba e montamos un lugar de vida para nós e un espazo de encontro para escritores e pensadores». Y de nuevo, Roberto Abuín volvió a compartir experiencias con plumas procedentes de diversos rincones del mundo.

Aunque el covid y otro contratiempo a nivel familiar motivaron un paréntesis, Axóuxere vuelve a estar a pleno rendimiento. Uno de los volúmenes que editó el año pasado se coló entre las cinco mejores obras lanzadas en gallego. La residencia sigue abriendo sus puertas para plumas y pensadores amigos, mientras Roberto Abuín ha logrado trasladar esta iniciativa al Pazo de Mariñán. Lleva varias ediciones comisariando las residencias para escritores, pensadores y músicos que organiza allí la Deputación da Coruña.

Y sigue escribiendo. La obra de narrativa Ofero canta y algunos ensayos son sus últimos lanzamiento, pero está en pleno proceso creativo: «Estou cunha novela que vai ser singular, porque vou estar reflectido eu e parte da miña vida». Publicarla es ahora uno de los principales objetivos de Roberto Abuín, que también mira hacia el otro lado del Atlántico: «Vivir entre Rianxo e México é o meu soño».