El distrito de Ribeira asumió en el mes de diciembre el exceso de carga de trabajo
04 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.La falta de plazas y la necesidad de sacar más puestos a concurso son algunos de los problemas más típicos cuando se habla del sector público. Unas demandas que contrastan con la situación que se está viviendo en la capitanía marítima del Caramiñal, que se encuentra bajo mínimos desde hace meses por falta de funcionarios.
Una serie de jubilaciones en el entorno de la capitanía han provocado que este distrito marítimo no disponga de nadie que lo atienda, obligando a los responsables territoriales de Ribeira a asumir el exceso de trabajo.
La historia de la capitanía marítima del Caramiñal habla por si sola, siendo la más longeva de toda la comarca de Barbanza. Antiguamente esta era la única sucursal de la Marina que gestionaba la costa barbanzana, hasta la creación del distrito de Santa Uxía de Ribeira.
El desmantelamiento forzado de esta capitanía marítima comenzó en julio del año pasado, cuando se produjo el retiro del jefe territorial Gabino Silva, que en el 2010 fue nombrado capitán de Arousa por el Ministerio de Fomento, quedando tan solo dos funcionarios trabajando en el Caramiñal. Estos, alcanzaron la edad de jubilación el pasado mes de diciembre, momento desde el que la oficina de la capitanía de la capitanía, ubicada en el Instituto Social de la Marina, se quedó sin profesionales destinados.
Esta es una situación semejante a la que se dio en el distrito de Santa Uxía de Ribeira hace algunos años, cuando la jubilación de José Manuel Otero, máximo responsable territorial, provocó que el jefe del Caramiñal estuviese durante casi una década atendiendo las necesidades de ambas zonas.
Amplias competencias
El ámbito de competencia del distrito con sede en A Pobra va desde Punta Aguiuncho, en la parroquia ribeirense de Palmeira, hasta Portomouro, perteneciente a Abanqueiro, en Boiro. Tal área de acción significa que el distrito engloba a las flotas de Cabo de Cruz, Escarabote, A Pobra y Palmeira, que equivalen a tres cofradías como son las de Cabo, Palmeira y A Pobra.
Una zona que atañe a las flotas mejilloneras, de bajura, a los mercantes que alijan túnidos y a los barcos de recreo, que deben tramitar a través de la capitanía gestiones tales como registros, despachos, inspecciones, enroles de marineros y demás procedimientos burocráticos.
En este sentido, Juan Andrés Pérez, capitán marítimo de Arousa y máximo responsable de los distritos de la ría, aseguró que esta situación, que ya se ha prolongado más de tres meses, es temporal y que desde la Administración esperan que el primer funcionario de reposición llegue lo antes posible.
«Debido a las jubilaciones desde diciembre el exceso de carga de trabajo lo han asumido en Ribeira. La jefa de distrito se desplaza cada jueves a las oficinas del Caramiñal para atender presencialmente. La idea es que lleguen profesionales cuanto antes, pero es un proceso lento», afirma Pérez.
Esta no es la primera vez que se registran dificultades de esta índole en las capitanías de Arousa norte. La problemática más reciente surgió a lo largo del confinamiento, donde debido a la falta de funcionarios en las oficinas de la Administración estatal. Durante las restricciones ocasionadas por la pandemia, los pósitos asumieron la gestión telemática de trámites que antes eran llevados a cabo por las capitanías, algo que se prolongó en el tiempo más de lo esperado y que puso en pie de guerra a parte del sector.
Esta es tan solo una situación más que evidencia la necesidad de profesionales en una capitanía clave para el sector marítimo.
Enrique Maceiras, patrón mayor de A Pobra: «Hai mariñeiros que se teñen que desprazar a Vilagarcía para facer trámites»
Si hay unos grupos al que ha afectado especialmente la falta de personal en la capitanía marítima del Caramiñal son las cofradías, que han visto como gestiones tan cotidianas como el registro de una embarcación o los enroles de marineros se han alejado de la comodidad habitual.
Así lo constata Enrique Maceiras, patrón mayor del pósito de A Pobra, que asegura que las gestiones se han visto dificultadas, teniendo incluso que llegar a viajar al otro lado de la ría para realizar procesos burocráticos: «Os profesionais son os máis prexudicados. A xefa territorial vén unha vez á semana, pero a maior parte do tempo as xestións son telemáticas e incluso hai mariñeiros que se teñen que desprazar a Vilagarcía para facer trámites».
En este sentido, Maceiras afirma que pese a que la situación se ha demorado, desde la Capitanía Marítima de Vilagarcía le han trasladado que la intención es retomar la actividad habitual.
Burocracia
Rellenar informes, entregar documentación, cubrir instancias... La lista puede llegar a ser infinita cuando se habla de procedimientos burocráticos que son tan solicitados por las administraciones como tediosos para la población. Gracias a la dejadez y la poca previsión en torno a la capitanía del Caramiñal la desidia se ha apoderado del sector marítimo. Además de las complicaciones que genera, este abandono parece que rebaja el valor de una industria capital para la zona y que ahora se ahoga en burocracia.