Manzaneda cerrada por el calor: «No recuerdo una situación como esta»

BIODIVERSA GALICIA

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Mientras muchos gallegos disfrutan al aire libre de un calor casi veraniego, las estaciones de invierno han tenido que cerrar las pistas

24 feb 2019 . Actualizado a las 13:53 h.

El tiempo atmosférico no distingue lo bueno de lo malo. Este es un concepto que han inventado los seres humanos. De forma generalizada se ha aceptado como algo positivo los días de sol y calor, independientemente de la época del año. Hoy parece bastante probable que las máximas puedan alcanzar cifras históricas. De momento, ya se han registrado valores por encima de los 26 grados, superando más de diez los valores climatológicos. Unas condiciones que favorecen a algunos sectores, como la hostelería pero que perjudican a otros muchos. Por ejemplo, las actividades que dependen de las bajas temperaturas se resienten notablemente. «Yo nunca he visto una situación como la de estos días», confiesa Gustavo Sanmartín, gerente de la Estación de Invierno de Manzaneda. Las altas temperaturas han obligado a cerrar las pistas de esquí. «Lo único que tenemos abierto en estos momentos son las zonas que llamamos de ocio, para que la gente pueda jugar con la poca nieve que queda. Pero la practica del esquí está prohibida por seguridad», explica.

Esta meteorología, más propia del verano que de la primavera, se suma a otros contratiempos que han ido apareciendo durante la temporada de nieve, que ya empezó tarde y está siendo muy escasa. «Si dependiéramos de la nieve natural este año aún estaríamos cerrados. Abrimos a comienzos de este mes pero hemos estado dependiendo hasta ahora de la nieve artificial», reconoce. Sanmartín todavía no da la temporada por perdida. Marzo podría llegar con nuevos episodios de bajas temperaturas. Eso sí, espera que no sean como los últimos. «Este año hemos tenido inversiones térmicas de casi un mes de duración que provocaron mínimas de ocho grados bajo cero en zonas como Verín, mientras que aquí, en la montaña, se registraban ocho grados sobre cero», recuerda.

 En cuanto a cómo afronta un negocio que depende tanto del frío en un contexto de calentamiento global, asegura que está intentando diversificar la oferta a otras épocas del año y que se adaptan de la mejor forma posible, sabiendo que contra la naturaleza nada se puede hacer. «Este ha sido el peor año en cuanto a lluvia y ha sido la innivación artificial la que nos ha salvado. Además, estamos viendo que el tiempo ya no se ajusta a las estaciones como antes. Puedes tener frío en agosto y temperaturas de verano en pleno febrero, como ocurre ahora», comenta.

Los modelos científicos no auguran un futuro muy esperanzador para la nieve. El pasado mes de noviembre, el Observatorio Pirenaico de Cambio Climático, predijo que al ritmo actual de calentamiento, desaparecerá la mitad de la nieve a mediados de siglo. La cordillera se calentó 1,2 grados durante los últimos cincuenta años. Los efectos del cambio climático en las zonas heladas son más intensas que en el resto del mundo.