Baño de multitudes con susto

La Voz

CARBALLO

CASAL

GENTES DEL FINISTERRE

26 ene 2001 . Actualizado a las 06:00 h.

EL FUTBOLISTA MÁS VETERANO del Deportivo de A Coruña, Donato Gama Da Silva, estuvo el pasado jueves en Carballo para inaugurar la nueva sede de su peña en Bergantiños en la cafetería Rosalía de Castro, sita en la calle Gran Vía. El astro brasileño estuvo acompañado durante su estancia en este municipio por numerosos hinchas blanquiazules que felicitaron por la magnífica temporada que está realizando el conjunto coruñés este año. Racha que los aficionados esperan que se prolongue hoy contra el Atlétic de Bilbao. Pero, si hubo algunas personas que disfrutaron de lo lindo de la presencia de Donato fueron los niños. Los más pequeños hicieron colas para que el jugador les firmase en camisetas, fotos o en un simple papel. Todo valía con tal de llevarse un recuerdo de la esperada ocasión de estar cerca de un componente del actual campeón de liga. El futbolista brasileño dirigió unas palabras a la concurrencia en las que agradeció a los asistentes su presencia y el cariño demostrado a lo largo de estos años por la peña que preside, Javier Teixeira Pazos. Tras la alocución y los regalos, llegó el momento en el que el futbolista se relajase y disfrutase de un refresquito y unas tapillas, en especial de la de tortilla, que causó sensación entre la clac. Y es que una fiesta acompañada de una buena bebida para mojar el gaznate y una comida copiosa siempre es más alegre. La fiesta continuará en Baio el próximo martes 30. La peña el Hórreo premiará al jugador más regular y al máximo goleador de los deportivistas, que fueron Donato y Roy Maakay, ambos estarán allí para recoger el galardón. DONDE NO LO PASARON TAN BIEN fue en Muxía por culpa del gasero a la deriva. El delegado en la zona de la Real Liga Naval Española, José Manuel Pato, y el alcalde de Laxe, Antón Carrecedo, se desplazaron hasta la villa da Barca y seguieron desde la atalaya de la casa del pintor Yoshiro Tachibana las evoluciones del rescate. Al final, comprobaron que todo fue bien y que el riesgo se lo llevaron los remolcadores.