El pasado sábado se celebró en Camariñas un acto con mucho significado, la entrega de premios del maratón fotográfico Implícate , organizado por la concejalía de Servizos Sociais, que dirige Maricarmen Linares Chica . Fue un acto emotivo en el que todos los participantes hicieron un gran esfuerzo para reivindicar (¿cuándo dejaremos de hacerlo?) la igualdad entre hombres y mujeres. Hubo música, gracias al coro del Área de Igualdad, buenas imágenes (las de los ganadores y demás participantes) y una gran actuación de los niños la escuela municipal de teatro. Los pequeños, a los que dirige Bernardino Martínez Castiñeira , interpretaron la obra La cenicienta que no quería comer perdices , una historia basada en el cuento escrito por Numila López Salamero e ilustrado por Myriam Cameros Sierra que se ha convertido en una auténtica revelación literaria. Quizás no tanto por el estilo, pero sí por el contenido, porque se trata de un cuento que desmonta todos los cuentos y demuestra que las mujeres sí pueden vivir felices sin un príncipe azul. Un príncipe que, por cierto, a veces destiñe demasiado pronto. «Un cuento para las nuevas generaciones», asegura la última Premio Cervantes, Ana María Matute , que los niños de Camariñas representaron magistralmente. Divirtieron y, además removieron conciencias. Un gusto.
Quizás algún día alguno de esos jóvenes actores de Camariñas llegue a tener la misma fama que el guapísimo George Clooney . Me he acordado de él (en realidad me pienso en George prácticamente todos los días) gracias a Pablo Portabales , compañero de Radio Voz A Coruña, que me cuenta que desde el lunes el famoso actor estadounidense está ligado al poeta pontecesán Eduardo Pondal . Difícil de creer, pero cierto. Eso sí, la relación es un poco peliculera y tiene mucho que ver con la última morada del autor de la letra del himno gallego. Y también con la escritora Juana de Vega . Y es que es precisamente en la calle dedicada en A Coruña a la condesa de Espoz y Mina donde la multinacional Nestlé abrió el lunes su primera boutique Nespresso en Galicia. Exactamente en el número 21, donde una placa colocada hace ya algunos años por la agrupación O Facho recuerda que allí «morou os seus derradeiros anos o poeta Eduardo Pondal». O sea, que en esa casa se pueden adquirir ahora las famosas cápsulas de café que anuncia George Clooney. El establecimiento, de más de 200 metros cuadrados, es un auténtico paraíso para los amantes de la cafeína (y también del descafeinado), que ya no tienen que encargar las cápsulas a través de Internet o por teléfono. Ahora basta con acercarse hasta A Coruña y visitar la antigua residencia de Pondal, donde alguno de los 25 empleados de Nespresso (hay qué ver la de puestos de trabajo que pueden crear las famosas capsulitas), liderados por Laura Costoya , les atenderán encantados. Y no es por menospreciar, pero a mí me encantaría que me las ofreciese George Clooney. Quizás algún día.