Antes de que se llene el espacio que antes ocupaba la mina de lignito que se explotó en parte de la aldea de As Encrobas, que se espera llegue a su límite en menos de dos años -actualmente está al 73 % de capacidad-, se construirá la toma de agua y un primer tramo de la conducción de 1,5 kilómetros que unirá el lago con el cauce del río Barcés.
El conselleiro de Medio Ambiente, Agustín Hernández, explicó que la primera fase tendrá un coste ligeramente inferior a los dos millones y remarcó que se acomete ahora porque es necesario ejecutar la obra antes de que el lago se llene. La previsión que maneja es que la canalización esté concluida en el año 2015.
Hernández y Negreira visitaron ayer, junto a una delegación de Gas Natural Fenosa, las obras de recuperación de la antigua mina que alimentaba la central térmica de Meirama. Trabajos que comenzaron en 1985, apenas cinco años después del comienzo de la explotación minera del terreno, según relató Javier Fernández, director general de generación de la eléctrica. Por su parte, Roberto González, subdirector de explotación de activos mineros, explicó que la actuación se presupuestó en 60 millones de euros, de los que hasta el momento se han invertido 52.
Tanto los responsables de Gas Natural como los políticos quisieron despejar cualquier duda sobre la calidad del agua, remarcando que desde que el lago comenzara a llenarse en el 2008 se han realizado más de 250.000 analíticas, que muestran que el recurso «é incluso de mellor calidade que a auga que tiña o Barcés cando estaba en explotación a mina», según indicó el conselleiro de Medio Ambiente.