En la semana del «máximo esplendor da fisterranía», como definió el alcalde, José Manuel Traba, la Semana Santa, el autor local Modesto Fraga Moure presentó ayer en el salón de actos del Concello, prácticamente lleno, Fisterra, a derradeira perla de Occidente.
Se trata de una obra muy asequible, ilustrada, y como el propio escritor señala, sin una retahíla de cifras y datos que no entran dentro del objeto del libro. Tal como la definió Traba, es una oportunidad de «lectura repousada e amable para o que nos visita e nos quere coñecer», porque abarca esos aspectos que habitualmente quedan fuera de las guías turísticas editadas por las Administraciones.
«Un compendio de sentimentos e emocións», para el corcubionés Luis Lamela, «fisterrán de adopción», que hizo de padrino de la obra y recordó la aportación de Fraga al Batallón Literario da Costa da Morte, y lo definió como un escritor consagrado «na súa faceta de bardo».
El libro, bajo su aparente ligereza, abre todo tipo de puertas para profundizar en la singular idiosincrasia de la localidad y el propio alcalde lo demostró a cuenta de los apellidos Lizancos y Góñez, tan peculiares en la zona, y que él se encargó de investigar estos días hasta dar con sus orígenes hace ya dos siglos.
En definitiva, se trata de una lente distinta para mirar Fisterra a través de la lírica que encierran las palabras de Modesto Fraga Moure.