José Manuel Santos Pose (Laxe, 1973) afronta una carrera que supera los 350 en Italia: «Téñome atopado osos salvaxes»
20 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.José Manuel Santos Pose (Laxe, 1973) llega corriendo a la redacción de La Voz en Carballo. Ponerse las deportivas y salir a trotar es lo primero que hace cuando tiene un rato libre. Pero ojo, no de cualquier forma. El Camiño dos Faros es conocido por su belleza pero, también, por su extrema dureza. Lo normal es hacerlo por etapas, una por día o, incluso, menos. Este laxense de 48 años hace los tres primeros recorridos, de Malpica a Laxe (73 kilómetros), seguidos, añadiéndole, muchas veces, la dificultad de la noche y de ir solo.
Esto que para él es tan solo un entrenamiento ya deja entrever el nivel de este corredor que, paradójicamente, se inició en el atletismo y en el deporte en general más tarde que temprano, pasados los 40. De joven jugó al fútbol, si bien, como él dice, más que porque le apasionase, por compartir buenos momentos con los amigos. Curiosamente, fue con el consolidado circuito de carreras populares Correndo pola Costa da Morte con el que se introdujo en el mundillo runner. Pero toda vez que fue probando otras modalidades, el asfalto se le quedó corto. «A paixón polo ultratrail comezou en min como sucede en outra moita xente, coa famosa ruta do Cares nos Picos de Europa. Fun de excursión, vin a uns correr por aquelas montañas e dixen: ‘Eu quero facer iso'», explica.
Ya lleva muchas pruebas a las espaldas. Basta con echar un vistazo a algunas zonas de sus piernas y brazos para darse cuenta, pues lleva grabadas las experiencias, además de en su retina, en la piel. No obstante, recientemente viene de lograr resultados muy destacados en carreras realmente épicas. La última ha sido el pasado mes de mayo en Transilvania, Rumanía, a más de 3.500 kilómetros de su casa. Completó la distancia de 106 en 19 horas y 52 minutos, lo que lo llevó a resultar décimo en la clasificación general, y sexto, en la categoría de 40-49 años. Fue el segundo español en cruzar la meta.
Como él mismo explica, lo importante en estas pruebas es acabarlas. Lo cierto es que también en este sentido brilló, pues de los 210 corredores que, según apunta, tomaron la salida, solo 62 lograron culminarla en tiempo y forma. Asimismo, hay que tener en cuenta el desnivel que suele caracterizar este tipo de citas. En este caso, fueron 6.444 metros positivos, estando siempre, como mínimo, a 2.000 metros de altitud, con lo que ello implica: más dificultad para respirar. Y es que los ingredientes a sumar en este tipo de retos no cesan: «Das 19 horas, 15 estivo chovendo, e as últimas 5, a caldeiros», comenta José Manuel. En esta ocasión, gran parte de la carrera transcurrió siendo de día, pese a arrancar de madrugada y concluir de noche. «Aí arriba, a meteoroloxía é moi cambiante e nunha carreira pódeste atopar de todo: graínzo, neve, auga, frío, un sol que queima... Por iso te obrigan a levar de todo: roupa térmica, impermeable... Sobre todo, moitas mudas», añade.
No todo es malo, por supuesto, aunque Santos Pose dice sentirse más a gusto cuando se pone al límite. «Foi moi bonita, con bosques frondosos e tupidos», añade. Pero tanto tiempo da para mucho. Se encontró, incluso, con osos salvajes, y mismo se resbaló por la nieve y se deslizó 50 metros montaña abajo hasta chocar contra unas piedras.
Todo esto no se explica sin una clara vocación y un lógico afán de superación. «Penso que son un privilexiado de ver lugares impresionantes, porque non hai como o ollo humano», expresa. Eso es lo que lo reconforta. En las pruebas solo se marca como objetivo el siguiente avituallamiento, comenta.
Este atleta ya se ha probado en distancias superiores como en el prestigioso ultratrail del conocido Mont Blanc, que corona los Alpes, de 170 kilómetros. También la Canfranc-Canfranc de 100, reconocida por su dureza en torno a la bella estación de tren aragonesa. En esta última ha logrado recientemente un noveno puesto en la general y un cuarto en su categoría.
Nunca ha ido más allá de los 200, pero en este 2022 José Manuel asumirá el gran reto. Disputará en los Alpes italianos el Tor des Géants de nada más y nada menos que 356 kilómetros y 31.000 metros de desnivel positivo acumulados. Son 150 horas, lo que viene equivaliendo a unos 6 días, las que la organización da para completarla. Santos Pose dice tenerle mucho respeto a esta cita: «Cen quilómetros córreos calquera, por así dicilo. Paréceme unha distancia curta, asimilable, á que non lle temo. Pero dúas noites ou máis xa son outras palabras. Non sei como reaccionará o meu corpo». Para ello ya se está preparando con entrenamientos más duros. Mismo este mes participará en otra prueba de 100 kilómetros por dos de los picos más altos de los Pirineos, el Aneto y el Posets. Él lo tiene claro: «É pelexar seguido contra a dor física e a mental». Desde luego, el ser humano no tiene límites, y él, los supera en cada montaña.