La devoción popular levantó la ermita de los Milagros de Caión

luis ángel bermúdez fernández

CARBALLO

BASILIO BELLO

Las huellas de la religión | Las obras del actual santuario comenzaron a finales de la década de 1790, pero los retablos son muy posteriores

10 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

En la comarca de Bergantiños, uno de los centros de peregrinación más importante es el santuario de la Virgen de los Milagros, situado en la parte alta de la parroquia de Santa María del Socorro de Caión. Esta ermita se asentó, como afirman algunos estudiosos, sobre una iglesia anterior; si bien, el desarrollo de este santuario tuvo lugar a finales del siglo XVIII, tal y como demuestra el libro de fábrica del mismo, depositado en el Archivo Histórico Diocesano de Santiago (1786-1860).

La existencia de una iglesia antigua con funciones de parroquia quedó registrada por Jerónimo del Hoyo a principios del siglo XVII, época en la que los cultos habían sido trasladados a la iglesia de los agustinos, situada en el centro de la propia villa: «La iglesia de Santa María de Cayón es anexo de Nuestra Señora del Socorro de Cayón, de la Orden de san Agustín. No hay Santísimo Sacramento porque se bajó al monasterio que está allí junto y de allí se sirve esta parroquia. Hay pila bautismal, dícese aquí una misa no más de las fiestas de Nuestra Señora».

En los años finales de la década de 1790 se habían iniciado las obras de construcción del actual santuario, con un importante apoyo de las gentes de la zona y de los devotos. Por ejemplo, en 1795 llegan desde el puerto de Malpica las vigas y maderas para construir tanto la techumbre como el andamiaje. Cuatro de estas vigas de roble fueron donadas por José María Bermúdez de Villardefrancos. En la construcción trabajaron, por ejemplo, los canteros Pascual Fariña, Agustín Camiño, Simón Sayanes o Miguel Rosendo.

El santuario gasta de sus arcas en aquellos años unos 8.451 reales en sueldos y 1.200 reales en la colocación de todo el maderado. La sencilla fachada, ornamentada con dos pilastras laterales y con alguna moldura en el campanario, fue terminada, según indica una inscripción en la clave de la hornacina central, en 1836. El interior está presidido por un retablo del último tercio del siglo XIX, de estilo neoclásico. Sin embargo, la imagen de la Virgen de los Milagros, una sencilla talla de bulto redondo creada para ser vestida, está en la iglesia parroquial durante todo el año, siendo trasladada al santuario para las romerías de septiembre.

Caión, al igual que Malpica, tuvo cierta importancia en el pasado como puerto ballenero. Así lo transmite, de nuevo, Jerónimo del Hoyo en sus Memorias del Arzobispado de Santiago: «Bergantiños es tierra de mucho trigo […] alguna cría de ganado, frutales […] y por la parte de Cayón donde se pescan las ballenas. ‘[…] Esta villa es un puerto de mar en que se pescan cada año muchas ballenas desde Todos los Santos hasta Carnestolendas, que es el tiempo de la pesca de ellas […] tienen en esta villa casa los señores de Montaos».

Agustinos

La actual iglesia estuvo asociada a un convento agustino fundado por Fernando Bermúdez y cuya construcción debió de llevarse a cabo entre la segunda mitad del siglo XVI hasta bien entrado el siglo XVII. Podemos leer en las Memorias del Arzobispado de Santiago la siguiente nota al respecto: «Esta iglesia es monasterio de frailes agustinos y juntamente es parroquia por estar incorporada en él la feligresía de santa María de Cayón. Fundó en esta iglesia este monasterio don Fernando Bermúdez, padre de doña Beatriz de Castro, condesa de Grajal, habrá setenta años y él quedó con la obligación de edificar la capilla mayor y los frailes el convento, monasterio y el cuerpo de la iglesia […] hay en esta feligresía una ermita del señor san Roque».

En las cercanías, la citada ermita cumplió la atención parroquial durante varias décadas, después de la marcha de los frailes a la ciudad de A Coruña en 1772. Así lo demuestra el libro de fábrica en una nota de 1861: «Por consiguiente he satisfecho al maestro cantero que hizo a cimentis la nueva sacristía de la capilla de san Roque que es la que hace y sirve de iglesia parroquial por no haber otra y carecía de aquella indispensable pieza precisa y necesaria, la cantidad de seiscientos reales».

Ante la necesidad de una iglesia parroquial adecuada, en 1865 se le encargan unos planos y un proyecto de restauración del templo conventual al arquitecto Faustino Domínguez, por 320 reales. La visita pastoral de 1865 deja nota sobre la reforma: «El día de ayer visitó su eminencia la capilla de san Roque dentro de la población de Cayón, cuya capilla viene sirviendo de parroquial por estar arruinada la iglesia en su mayor parte, cuya reparación se halla rematada». La conclusión de las obras todavía tardó unos cuantos años, puesto que en 1872, Cristóbal Buitureira y su tripulación transportaron desde el puerto de A Coruña las vigas y tijeras para la techumbre de la iglesia. En 1876 se completó el suelo, el recebo de los muros con cal de Asturias, el tapiado de una puerta que conducía al claustro, la composición de las imágenes de la Virgen del Carmen y del Socorro por el pintor coruñés José Villamarín, la colocación de los camarines por Ramón Gómez, etcétera. Los retablos actuales, de estilo neogótico, fueron originalmente de la capilla del Hospital Real de Santiago, hoy conocido por el Hostal dos Reis Católicos.