«Llevamos muchos años luchando por nuestro propio mundial de fútbol sala»

Laura rodríguez / s. g. CARBALLO / LAVOZ

CARBALLO

CESAR QUIAN

Atletas del Atlántico | A sus 17 años, la jugadora de fútbol sala Carla Martínez milita en la mejor categoría de liga y juega con la selección española

28 ago 2023 . Actualizado a las 11:26 h.

El deporte femenino ha evolucionado, y mucho: hace una semana la selección española de fútbol ganó su primer mundial, pero aún quedan muchos pasos por recorrer en el mundo del deporte, y más si está vinculado a la mujer.

Si se habla de campeonas del mundo, por ahora Carla Martínez aún no ha podido colgarse esa medalla, aunque está entre sus mayores sueños. No es porque sea demasiado joven, que también, si no porque la FIFA aún no ha organizado ningún campeonato de este calibre en el fútbol sala. En octubre del año pasado, a través de la Asociación de Jugadoras de Fútbol Sala Femenino, las futbolistas consiguieron que la institución presidida por Gianni Infantino prometiese que habrá un mundial, pero por ahora solo hay eso, palabras. Hace 34 años que sí existe esta competición a nivel masculino, mientras que en el femenino aún no es oficial que vaya haber un primero. «Llevamos muchos años luchando por nuestro propio mundial, ahora dicen que va haber uno pero aún no es oficial, hasta que lo veamos no lo creeremos», dice Carla.

Esta ceense considera que el título mundialista de la selección española de fútbol campo «es un paso adelante en el fútbol femenino español, al final nos hace crecer a todas y aunque en este caso sea de fútbol campo, también ayuda a seguir dando pasitos para el deporte femenino en general, y no solo el de fútbol.»

A pesar de no tener el máximo reconocimiento a nivel global, la selección española de fútbol sala ganó las tres Eurocopas disputadas. «La Liga española es la mejor del mundo actualmente, las mejores jugadoras están viniendo a jugar aquí, y con la evolución que está habiendo en el fútbol sala femenino, es de las selecciones más top ahora mismo».

Carla comenzó a jugar a los cinco años: «Ya nací con eso. Mi padre siempre quería que jugase con él». La apuntó a un equipo de niños de Corcubión, como le pasa a muchas otras futbolistas. También practicó fútbol campo un año, atletismo, natación o taekwondo, en este último hasta llego a competir, pero actualmente su mundo es el sala, es el deporte que le da vida. Su mejor virtud, como destaca ella misma, es el desborde por banda en el uno para uno, pero también se le da muy bien presionar el balón.

A sus 17 años está en el primer nivel del fútbol sala, es jugadora del Viaxes Amarelle FSF, que milita en primera nacional. Lleva ya nueve años en el equipo y uno (va por el segundo) en la mayor categoría del fútbol sala de nuestro país. La última temporada no pudo disfrutarla mucho debido a una lesión por la que tuvo que pasar dos veces por quirófano. «Tuve el síndrome de la fabela en la rodilla izquierda y me operaron, y al año siguiente tuvieron que volver a hacerlo para quitar las adherencias».

También ha sido convocada tanto para la selección española, categorías sub-17 y sub-19, como para la gallega, donde fue capitana. Para ella, representar al combinado autonómico «es un orgullo, y más siendo capitana. Es una responsabilidad, una gestión nueva que aprender y no es fácil porque tienes que dirigir un grupo y saber cómo llevar a cada una de las jugadoras, pero al final me encanta y sería capitana siempre».

La primera vez que la llamaron para la española le fue difícil asimilarlo: «Me costó bastante, de hecho creérmelo, hasta el día siguiente no lo acabé de asumir. Llegué a casa de clase y fue como que ya todo el mundo lo sabía, tenía mil mensajes en el móvil, no me lo creía». Pero no era un sueño, todo era real y ahora forma parte de la cantera de una de las mejores selecciones del mundo, algo que le hace muy feliz. «Es nuestra responsabilidad, tienes mucha presión encima. Es todo súper serio, es muy distinto a estar con el equipo. Es todo más profesional, tienes mucha presión, pero al final tú luchas para estar ahí, te lo pasas bien, que es lo que importa. Además, compites con la camiseta de la selección española, que poca gente puede decir eso», comenta Carla.

A pesar de todos los logros y avances, la liga española aún no es profesional, así que muchas jugadoras no pueden dedicarse exclusivamente a este deporte. «Aún queda un montón por evolucionar y eso al final es un tema económico, ahí nosotras poco podemos hacer, pero poquito a poco si que va mejorando. La cosa desde hace cinco años ha mejorado un montón, tanto en fútbol como en fútbol sala».

Espera que cuando haya un mundial mejoren las condiciones, y que «todas podamos llegar a tener un salario mínimo o esas cosas pequeñas que parecen una tontería, que todo el mundo debería tener, pero la realidad es otra».