La artesana de Carballo que con 40 años vive su «recompensa» a los 18 de trabajo con el cuero

Melissa Rodríguez
melissa rodríguez CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

ANA GARCÍA

Rakel Rey, de Rakelúa Coiro, dispone de su primer taller abierto al público en una casa de madera en Corme

05 ene 2024 . Actualizado a las 10:44 h.

El rostro de Rakel Rey Álvarez (Carballo, 1983) no pasa desapercibido en la Costa da Morte. A sus 40 años, lleva nada más y nada menos que 18 trabajando con la artesanía del cuero. Son muchas ferias, mercados y fiestas a la espalda ya. Como ella explica, durante todo este tiempo ha ido dando pasos, poco a poco. «Loitei ata conseguilo», describía ayer desde el Centro Comercial Bergantiños, donde seguirá hoy, durante todo el día, de cara a promocionarse. Este viernes es el último día para hacer las compras de los Reyes Magos. Y es que desde hace unos meses dispone de su primer taller abierto al público en Corme, a donde llegó por «amor ao mar». Es, además, bien curioso, en una casa de madera prefabricada. Está en lo alto de Corme Porto.

Lo suyo por este oficio fue un flechazo en toda regla. De hecho, un buen reflejo de ello es que todo lo que sabe lo ha ido aprendiendo de forma autodidacta. Sus comienzos en el sector fueron tal que así: «Un día, hai ben anos, Roberto, un ecuatoriano que tiña unha tenda de coiro nas Galerías [de Carballo] invitounos a unha colega e a min a un curso para que fixésemos vulto. E dende aquela quedei enganchada. Namoroume totalmente».

ANA GARCÍA

Registrada en Artesanía de Galicia

Durante mucho tiempo estuvo asociada a un par de cooperativas gallegas de artesanía, si bien desde hace unos años ya es autónoma. Estuvo en Santiago un tiempo con un puesto, se vio obligada a compaginar este trabajo con temporadas en la vendimia para poder ir tirando... «Custou poder vivir disto só. Nin en broma pensei poder dedicarme ao que me gustaba», reconoce. Por ello ahora dice que el presente es «unha recompensa» a todo ese esfuerzo. De hecho, también viene de registrarse como Rakelúa Coiro, su marca, en Artesanía de Galicia. «É unha axuda, dános visibilidade», indica al respecto.

Exitosas fundas para panderetas

Últimamente, Rakelúa Coiro está trascendiendo por las fundas para las panderetas. «Para este Nadal levo sete encargos, e no 2023 fixen trinta», comenta. Es un aspecto que la enorgullece al tratarse de «algo tradicional galego». Tampoco pasan desapercibidos los bolsos que Rakel Rey confecciona. Cinturones, carteras... En general, los complementos son su carta de presentación.

En sus creaciones usa pieles que previamente adquiere en una curtiduría de San Paio, Coristanco. Proceden de vacas y caballos, principalmente, aunque también usa alguna de cabra. Ella se encarga de «sacar as ideas», las corta, hace los patrones y cose, «todo a man», afirma. Con ello logra productos «artesanais, personalizados e duradeiros porque son case para a vida», traslada.

ANA GARCÍA

Son pocas las personas que en la Costa da Morte se dedican a este oficio de manera profesional. De hecho, esta carballesa, muy vinculada también a Malpica, donde residió varios años y hasta dirigió un local de hostelería, dice que «de Arteixo a Muxía» solo conoce a una artesana del cuero en este último concello y a otra en Cee, «salvo xente que estea empezando».

Imparte talleres y clases

En su obrador también imparte talleres para grupos reducidos y tiene una pequeña muestra de sus elaboraciones. Durante el invierno también da clases en los concellos de Malpica y Cabana.