O Ézaro, el pueblo que se abrió hacia el mar

Melissa Rodríguez
melissa rodríguez CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

ANA GARCÍA

Así cambió | Pese al crecimiento, conserva su esencia sin grandes edificios de varias plantas

25 feb 2024 . Actualizado a las 11:49 h.

El desarrollo urbanístico de O Ézaro es bastante reciente. José Manuel Pequeño Castro (A Ameixenda, Cee; 1955), que fue alcalde de Dumbría desde 1983 hasta el año pasado, lo vivió plenamente. Pero ya antes hubo avances. La hidroeléctrica de O Pindo, situada al lado de la cascada —símbolo del pueblo—, data del año 1903. Muy cerca, en la desembocadura, se erigió a mediados del siglo XX el puente que mejoró la vida de los vecinos al evitar tener que cruzar el mar en barca para dirigirse a Carnota.

De esa necesidad ya hablaba la conocida estadounidense Ruth Matilda en sus fotografías en la zona, en las que también inmortalizó a las mujeres tirando las redes de pesca en la playa. El actual regidor, Raúl González, natural del lugar de A Laxe, en la propia parroquia (1962), recuerda esa villa marinera. Antiguamente, las mujeres transportaban en sus cabezas, monte arriba y por caminos dificultosos el pescado que iban a vender a Dumbría, Mazaricos o Outes.

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«Non había alumeado público», recuerdan los dos socialistas. Tampoco teléfono, «tan fundamental para a conexión cos emigrados en Estados Unidos, sobre todo», apunta Pequeño. Eran tiempos de ir a los tantos molinos que aún perduran a moler el maíz y lavar la ropa, sin muchos servicios básicos.

El siguiente paso fue crecer en infraestructuras. Dentro del desarrollo en el negocio de la energía hidráulica con la construcción paulatina de embalses y centrales, destacable es la obra del de Castrelo (1954), que conecta con la central de O Pindo y supuso una tragedia para la zona por el fallecimiento de muchos obreros debido a la silicosis. También el de Santa Uxía, en 1989, que sirve de carretera de comunicación entre Dumbría y Mazaricos. La central de Castrelo, también al lado de la cascada, ya llegó en la primera mitad del siglo XX.

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La carretera que hoy es conocida en un tramo como el Muro y que pasa por el también famoso mirador, con el depósito comarcal de agua y el monumento al ciclismo muy próximo, fue fundamental para poder desplazarse por el municipio sin tener que pasar por Cee.

Pero lo cierto es que O Ézaro empezó a mirar al mar, sobre todo, con el paseo marítimo, en el año 1995. La escultura del Golfiño, aún visible, o la Casa da Cultura, que llegó incluso antes, son algunos de los elementos que lo componen junto al consultorio médico de lo que antes fue una escuela unitaria; el pequeño muelle u otros más recientes como el edificio Bitácora, un espacio multidisciplinar, del 2015. No lejos queda la Casa de Pedra, que acoge el Centro de Interpretación de Rutas (CIR) Monte Pindo e Fervenza do Ézaro o la nueva iglesia, de estilo moderno. El gran éxito es que hoy en día, pese a no tener PXOM, se conserva la esencia de O Ézaro, sin grandes edificios de varias plantas.

Casa da Cultura
Casa da Cultura ANA GARCÍA

La cascada de O Ézaro, convertida en símbolo de la localidad

El otro templo, el de Santa Uxía, es de estilo barroco. En 1926 ya se construyó un nuevo cementerio en el límite con Cee para evitar los largos y difíciles desplazamientos al antiguo.

La implantación del caudal ecológico del Xallas (flujo constante) en el 2011 y el paso de La Vuelta Ciclista a España por la localidad en el 2012 fue solo el comienzo de un gran salto turístico para O Ézaro, que continúa a día de hoy. Las actuaciones se centraron desde entonces en fomentar, más todavía, el entorno de la cascada con la pasarela flotante, la pérgola, la pista deportiva descubierta... sin olvidarse del embarcadero.

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En este sentido, el catedrático emérito en Geología Juan Ramón Vidal Romaní, toda vez que la pasarela ha tenido que ser reparada en varias ocasiones, defiende que debería de habilitarse una senda peatonal por el otro lado, del vecino Concello de Carnota. Y explica sus argumentos. En la actual zona dice que la disposición de las rocas es peligrosa tanto por la pendiente como por la forma en la que rompe el granito, aspectos que al otro lado, son distintos, asegura. Además, «desconxestionaría o tráfico».