La diseñadora muxiana que aspira a tener su propia marca de ropa

Melissa Rodríguez
melissa rodríguez CARBALLO / LA VOZ

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La cantera del talento | Fabiola Santos da clases de alta costura en Bilbao, practica equitación y toca la gaita

14 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Fabiola Santos Baña (Merexo-Muxía, 1992) se hizo con la plata del certamen Noveis Deseñadores de la Mostra do Encaixe de Camariñas el pasado año. Fue el primer concurso de moda al que se presentó y llegó y besó el santo. En la última edición volvió a participar tras ser una de las finalistas.

Con solo ocho años, calcula, empezó su formación en el encaje de bolillos y la gaita. A día de hoy es diseñadora de moda y sigue tocando este instrumento con el grupo de música O Revoltixo, sobre todo en verano. «O meu é coser», reconoce.

Actualmente, da clases en la escuela de alta costura Javier Barroeta en Bilbao, a donde se marchó a estudiar hace ya unos años. Desde sus inicios en la formación entre telas, que comenzaron ya antes en Galicia, compaginó siempre los cursos con trabajos en la hostelería y la restauración. «Había que pagar os estudos», dice.

En el futuro, le gustaría tener su marca propia de eventos para mujer, emprendiendo en la «terriña», que tan presente tiene siempre en sus colecciones con el encaje y el lino y las mujeres que la inspiran, explica, algunas de ellas, palilleiras de su familia. Foliada, Revoltixo, Tecer, Silva o Luscofusco son solo algunos de los nombres que escogió para sus creaciones.

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Los trajes de novia son sus predilectos. También practica equitación, por los caballos con los que se crio, y se confiesa una aficionada de los ralis.

A Coruña y A Ponte do Porto

Lo suyo no era estudiar, confiesa: «Gustábame o manual, o plástico, o artístico». Así, hizo dos ciclos medios de preimpresión e impresión en artes gráficas. Fue ahí cuando descubrió su pasión por la costura y accedió a una formación superior de patronaje industrial y diseño.

De A Coruña se fue a más cerca de casa, en la academia de A Ponte do Porto (Camariñas), a cursar corte y confección. Empezó a desplazarse al País Vasco los fines de semana para seguir aprendiendo: «O que me chamou a atención de alá foi a ensinanza manual», destaca. En el centro bilbaíno participó en formaciones de modelaje de novias y bordados en alta costura o sastrería artesanal, entre otras, y a día de hoy continúa estudiando técnicas, por ejemplo, de drapeados.

Entre medias, hizo prácticas en el taller lucense de Sara Lage y se encargó de preparar buena parte de los trajes de las invitadas a la boda de una prima suya. Esta muxiana reivindica que en el mundillo de la moda se está perdiendo la raíz del oficio, la costura artesana.

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Vestidos de novia

Con la colección Tecer conquistó el segundo premio del prestigioso certamen camariñán. «Quería homenaxear ás mulleres que me rodean. Tecer en todos os ámbitos. O feito a man», explica. Así, innovó con propuestas de chaqueta semitransparente y pantalón, entrelazados y espaldas al descubierto. «O encaixe asociámolo con días importantes, o que é o vestido para a noiva», reflexiona. Este año, con Beldad, otra serie para bodas, remarcó las hombreras para reflejar el empoderamiento femenino. También hizo una versión desmontable, ya que es lo que demandan ahora muchas mujeres, asegura. Otra propuesta fue de color negro, con corsé, pedrería y una pamela con flecos «ata o chan».

en un tiempo me veo...

«Gustaríame ter a miña marca propia e emprender dende a terriña»