No quitan, dan

Antón Lestón
Antón Lestón CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

24 jul 2025 . Actualizado a las 11:09 h.

Pocas cosas me hacen sentir más privilegiado que el haber nacido en la Costa da Morte, suma de paraísos naturales de incalculable valor hasta que los pierdes de vista y ataca la morriña. Hábitat de una fauna humana con la que no puedo sentirme más representado; cauta, pero brava, reservada, pero festiva, y, sobre todo, agradecida y acogedora. Un carácter que es el resultado de la suma de experiencias que han ido sobrepasando múltiples generaciones en las que algún familiar siempre se ha visto obligado a probar suerte fuera.

En Argentina, Perú, Brasil, Estados Unidos, Inglaterra, Suiza, Alemania u Holanda hay trocitos de la Costa da Morte. Países que abrieron las puertas para que vecinos y vecinas vivieran aventuras personales repletas de esfuerzo que luego servirían al desarrollo de esta comarca. Numerosas divisas de distinta bandera construyeron un lugar en el que ahora ven oportunidades personas de todo el mundo, que mantienen todo lo conseguido pese al incontrolable éxodo rural y que abren nuevas oportunidades. Porque también la identidad se construye con manos extranjeras. No habría pesca, ni agricultura, ni por supuesto hostelería en la Costa da Morte de no ser por personas inmigrantes que hacen funcionar los tres principales motores de la economía comarcal.

Es de justicia recalcarlo cuando el odio obceca: los inmigrantes no quitan, dan. Esta semana, sin ir más lejos, nos han dado la oportunidad de localizar rápidamente a esos parásitos que siguen creyendo en las limpiezas étnicas. Por suerte, la España construida por migrantes e inmigrantes es mucho mejor que eso. Aunque ellos hagan más ruido.