La película «La parra» lleva al cabanés Ramón Ameijenda a la gran pantalla

Alejandra Plaza CARBALLO/ LA VOZ

CABANA DE BERGANTIÑOS

Su historia, la de Xtremis, es la de un hombre que, con esfuerzo, buen humor y mucha humildad, ha sabido abrirse camino en el mundo de la interpretación

11 feb 2025 . Actualizado a las 18:18 h.

Ramón Ameijenda Pazos, natural de Neaño, en Cabana, está triunfando en el cine bajo la dirección de Alberto Gracia en la película La Parra. Su historia es la de un hombre que, con esfuerzo, buen humor y mucha humildad, ha sabido abrirse camino en el mundo de la interpretación. Con medio siglo de vida a sus espaldas, el actor cabanés, ha dado el salto a la gran pantalla con un papel destacado en la exitosa película que ha conquistado tanto a la crítica como al público. Ramón, más conocido por Xtremis, encarna a Iñaki, el suicida, un personaje clave en la trama que demuestra su versatilidad y talento interpretativo. Su debut cinematográfico marca un hito en su carrera, consolidándose como una figura a seguir en la industria delcine gallego.

Un actor con alma y “sorna costeira”

Ramón es un actor emergente que combina en su interpretación la rebeldía de un gamberro humilde con la pureza de la inocencia. Sus profesores y, a su vez, directores de Casahamlet, Manuel Lorenzo y Santiago Fernández, los cuales le han ayudado muchísimo, destacan esta mezcla única que lo convierte en un artista carismático y cercano, al igual que Carlos Villariño, este último profesor de interpretación frente a la cámara. Para Ramón, el secreto del éxito radica en el trabajo constante y el buen humor, dos valores que ha llevado consigo desde su infancia en Neaño. Su niñez fue una etapa dorada, marcada por la amistad y las travesuras que hoy recuerda con cariño. Creció rodeado de amigos y vecinos con quienes compartió momentos inolvidables. La riqueza de sus recuerdos es tal que podría escribir un libro titulado Las Aventuras de Xtremis por Neaño. 

Entre ellas, destaca sus visitas a Carmen del Cabreiro, quien lo trataba como un hijo y lo consentía con bizcochos y galletas o sus encuentros con el señor Evaristo, quien lo enviaba al estanco a comprar tabaco, aunque Ramón, en más de una ocasión, gastaba el dinero en cromos en lugar de cumplir con el mandado. Desde temprana edad, mostró pasión por el fútbol, comenzando su trayectoria como portero de la mano de Carlos del Cabreiro. Inspirado por Arconada, el legendario guardameta de la Real Sociedad, se esmeraba en cada parada, lo que le valió el apodo de "Xtremis" tras una serie de espectaculares salvadas en un partido donde Alfonso de la Corveira y Carlos decidieron bautizarlo con ese nombre.

Su infancia transcurrió entre juegos y aventuras por los montes y penedos de Neaño. Jugaba al "tatarí tataró", a indios y vaqueros y participaba en las memorables batallas entre Neaño de arriba y Neaño de abajo. En su corazón guarda con especial afecto a sus compañeros de correrías: Iñigo de Bilbao, los de la Pradera, Oscar, Martín, Fernando y Manuel de Alejandro, Manuel Figuritas, Jesús de Malia y Centeno, entre muchos otros. Las travesuras no faltaban: colarse en bodas, batallitas en Ponteceso y hasta tomar prestada la fruta de los vecinos. Pese a sus gamberradas, siempre hubo un fuerte sentido de unión y compañerismo entre los niños del pueblo. Neaño rebosaba vida y juventud y todos los vecinos compartían vínculos de amistad que perduran en la memoria de Ramón. Hoy, ese espíritu de juego y camaradería se refleja en su trabajo como actor. Su autenticidad y entrega en cada papel son un reflejo de su historia, de su niñez llena de anécdotas y valores que lo han acompañado hasta la actualidad. Como él mismo dice, con trabajo y buen humor, todo se consigue en la vida. Y Ramón Ameijenda Pazos sigue demostrándolo cada día.

Un viaje inesperado hacia la gran pantalla

El destino tiene maneras insospechadas de guiarnos hacia nuestros sueños y la historia de este vecino de la Costa da Morte es prueba de ello. Su vida dio un giro inesperado mientras trabajaba con el yeso junto a Manuel Souto. En ese preciso instante, apareció el cormelán Suso Lista, quien lo invitó a subir a su coche rumbo a Corme donde se rodaba la serie Para Mariñeiros, nós. Aquel día no solo fue su primera incursión en el mundo audiovisual sino también el inicio de un camino lleno de oportunidades. En el rodaje, Ramón conoció al director de cine Omar Rabuñal Varela, quien, al notar su talento innato, le animó a seguir explorando el camino de la interpretación. Siguiendo su consejo, Ramón ingresó en el estudio teatral Casahamlet de A Coruña donde comenzó a desarrollar sus habilidades escénicas. Poco a poco, su carrera fue tomando forma. Comenzó con monólogos y pequeñas piezas teatrales hasta llegar a participar en películas y series de renombre como Serramoura y, en Netflix, Rapa y La Unidad . A pesar de desempeñar papeles secundarios, está feliz con el salto a la gran pantalla y con el reconocimiento que su esfuerzo le está brindando.

Ramón se siente profundamente agradecido con Suso Lista, quien le abrió las puertas del mundo audiovisual, y con Omar Rabuñal, quien le impulsó a seguir creciendo como actor. Además, valora enormemente el equipo con el que trabaja, un grupo que lo cuida y le ayuda a evolucionar en cada proyecto. Uno de sus mayores logros hasta la fecha ha sido su participación en La Parra, bajo la dirección de Alberto Gracia. Este proyecto le ha brindado la gran oportunidad de consolidarse en el cine, demostrando su talento y dejando huella con su interpretación. Gracias a la experiencia interpretativa, ha podido viajar a varias ciudades, pero ninguna le hace sentir tan en casa como su Cabana de Bergantiños, donde encuentra paz y felicidad. La suerte también le sonrió cuando asistió al casting de la productora ourensana Fílmika Galaika S.L.,Tasio que apostó por su participación en el rodaje de La Parra. Para Ramón, cada nuevo papel es un desafío y una recompensa a su dedicación y amor por la actuación. Hoy, Xtremis sigue pisando fuerte en la gran pantalla, disfrutando cada instante y aprendiendo en cada proyecto. Su historia es la prueba de que los sueños pueden alcanzarse cuando se combinan talento, esfuerzo y las oportunidades adecuadas.

Una joya cinematográfica con sello gallego

La película La Parra, dirigida por el cineasta ferrolano Alberto Gracia, se ha consolidado como una de las propuestas cinematográficas más destacadas del año. Rodada casi en su totalidad en Ferrol, la cinta toma su nombre de una emblemática pensión de la ciudad y cuenta con un equipo técnico y artístico predominantemente gallego, lo que refuerza su auténtica identidad regional. Es una historia de regreso y confusión. La trama de La Parra sigue a Damián, quien, tras la muerte de su padre, regresa a Ferrol después de dos décadas de ausencia. Su llegada a la pensión La Parra desata una serie de equívocos cuando los habitantes del lugar comienzan a confundirlo con un guía turístico desaparecido hace tiempo. En este contexto, la ciudad se presenta como una isla metafórica, un espacio del que parece imposible escapar, lo que añade un matiz simbólico a la historia. Desde su estreno, La Parra ha cosechado numerosos reconocimientos en festivales de cine. En la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), la película fue galardonada en la sección Alquimias, donde se destacó por su carácter arriesgado e innovador. Además, en el prestigioso Festival de Cine Independiente de Buenos Aires (Bafici), obtuvo el premio a Mejor Diseño de Localizaciones, un reconocimiento a la autenticidad y relevancia de sus escenarios ferrolanos. La película, elogiada por su narrativa innovadora y su profunda conexión con la identidad gallega, se estrenó en cines de toda España el 13 de diciembre. Su elenco está encabezado por Alfonso Míguez, Pilar Soto, Lorena Iglesias y Emilio Buale. Con una propuesta arriesgada y una potente carga simbólica, el filme se posiciona como una de las obras cinematográficas más relevantes del año, consolidando el talento gallego en la industria del cine contemporáneo.