Un incendio en la máquina devoró por completo un bonitero amarrado en Camariñas
CAMARIÑAS
El armador avanza que presentará una denuncia en la Guardia Civil porque considera que no se actuó debidamente contra el fuego
05 sep 2024 . Actualizado a las 04:45 h.A Belarmino Docampo, de 47 años y vecino de Aldán (Pontevedra), lo despertaron a las 2.20 de la madrugada de ayer con la noticia de que su bonitero, el Jaungoikoa, estaba ardiendo. El lunes, a última hora de la tarde, lo había dejado amarrado en Camariñas. Arribó a ese puerto buscando refugiarse del mal tiempo y tenían previsto seguir faenando mañana, porque las condiciones del mar y el viento iban a mejorar. O esa era la previsión. Como no podía dar crédito a lo que le decían, despertó a un compañero, un armador vasco que suele acompañarlo en la pesca, y que también había buscado cobijo en Camariñas. Un vídeo mandado por wasap hizo que se pusiera inmediatamente en marcha. Ya para entonces, el otro armador manifestaba que no iba a entrar en el buque, porque la situación se presentaba complicada.
Fue una llamada al 112 poco después de las dos de la madrugada la que alertó a los servicios de emergencia. Parece que el incendio se inició en la zona de máquinas y fueron dos voluntarios de Protección Civil de Camariñas y la Salvamar Altair los que tomaron las primeras medidas, con extintores y una manguera. Al cabo de un rato terminaron por desistir y la lancha de Salvamento Marítimo se acabó apartando por motivos de seguridad. Una de las razones alegadas para ello es que en cubierta había dos bombonas de butano de las que se utilizan para las cocinas. Ambas acabaron estallando.
Cuando Belarmino Docampo llegó a Camariñas se encontró con que su barco, en el que están enroladas tres personas, estaba ardiendo por todas partes. «Xa non había nada que facer», asegura. El armador considera que no se actuó debidamente. «Se entraran e anegaran a sala de máquinas, o dano non sería do cen por cen», sostiene. De hecho, está tan convencido de que la actuación no fue la adecuada que decidió presentar una denuncia ante la Guardia Civil. El motivo que alega es que no se emplearon los servicios de socorro necesarios para evitar un destrozo como el ocurrido. «Nós pagamos impostos e Salvamento Marítimo está para salvar, pero alí non veu ninguén», señala.
Pasadas las diez de la mañana, lo que quedaba ya del buque se hundió. Para entonces, Sasemar ya había desplegado barreras anticontaminación, para limitar los problemas por el uso de material de extinción. Fue el que emplearon los bomberos. Según explica el armador acudieron los de Carballo, que estaban allí sobre las 8.30 horas de la mañana. «Pregunteille á xefa e díxome que a eles lles avisaron ás oito menos cuarto», aseguró el armador, que ayer tenía que lidiar también con el seguro de la embarcación. Cuando fue a dar el parte le informaron de que se le había terminado en el 2022, por lo que, al parecer, llevaba dos años sin cobertura.
El Jaungoikoa es un bonitero de 14 metros que tenía base en el puerto de Colindres, cerca de Laredo, y que hace cuatro años fue adquirido por el armador de Aldán. De hecho, en un primer momento, el incendio se notificó al antiguo propietario, quien se encargó de dar aviso al nuevo. Antes de llegar a Camariñas el barco estuvo en A Coruña. Llevaban un tiempo siguiendo a los bonitos desde el Cantábrico. El incidente se suma a una oleada de extraños incendios que pone en alerta a la villa camariñana.