El orfebre Fernando Marmolejo: «Domingo Antonio de Andrade también está en la corona»
![Santiago Garrido Rial](https://img.lavdg.com/sc/dQswg_dBsclzzN0tI1M5HPQfjXs=/75x75/perfiles/127/1632390846844_thumb.jpg)
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El artista sevillano, de un taller histórico, se inspiró en los elementos del entorno de la iglesia de A Xunqueira para su trabajo
01 may 2023 . Actualizado a las 00:36 h.Fernando Marmolejo Hernández (Sevilla, 1954) es uno de los seis hijos de Fernando Marmolejo Camargo, un destacado orfebre sevillano cuya obra se puede admirar en el Museo Municipal de Santiponce Fernando Marmolejo (junto al Teatro Romano de Santiponce, pequeño municipio a escasos kilómetros de la capital). Como su padre, es toda una autoridad en un arte que tal vez en Galicia es menos conocido (pese a que aquí tiene importantes obras, e históricamente los de su gremio han destacado sobre todo en Santiago), pero en Andalucía y especialmente en Sevilla forma ya parte de su historia. Marmolejo hijo, que empezó en el oficio a los 15 años, es el autor de la corona que el lunes se le impondrá a la Virxe da Xunqueira, además de otra menor, al Niño (y un cetro).
—En Galicia su oficio es menos conocido.
—Sí. Pero he hecho ya varios trabajos. Cuando hice la corona para O Corpiño estuve en Santiago el fin de semana por las Praterías. Siendo un chaval ya había estado un mes entero, en el Seminario Mayor, por una exposición nacional de artesanía, en tiempos de la Dictadura. Y me iba a las Praterías y había un ambientazo, con el azabache. Y cuando lo del Corpiño volví y pregunté y me dijeron que eso era ya exposición, que ya no se fabricaban. Me dio mucha pena. Hay un gran problema en Sevilla también con el relevo generacional: es uno de los primeros síntomas de la desaparición de las cosas, cuando nadie se quiere hacer cargo y sufren los oficios. Es muy difícil ser autónomo: hay que ser muy formal, saberse administrar, ser responsable, saber buscar trabajo... Para mantener una empresa. Nosotros somos cinco personas, y la gente no quiere esas complicaciones. Buscarse la vida, trabajo, estar ausente, triunfar, y para lo bueno y lo malo se corre la voz... Así se hacen la cosas. Yo ya tengo cuatro coronas en Galicia, con esta cinco. La primera fue para Moaña, y hay toda una historia detrás. Nos hemos hecho amigos y cada vez que vengo a Galicia los vemos.
—Después vinieron más.
—La de O Corpiño (yo digo que es el Rocío de los gallegos), que me pidió un sacerdote. Con el encargo hice lo que me dijo mi padre que había que hacer: ponerme delante de la Virgen y preguntarle cómo quieres que sea tu corona. Y te lo va a decir. Y es así.
—¿Cómo se inspiró en la de Cee?
—Me llamaron y me vine. Vi a la Virgen. Miré todo, y de ahí saqué todo. Me inspiró su arquitectura, todo. Me contaron lo de la plaza, que llegaba el mar, que la Virgen apareció en la junquera... Lo voy apuntando y en mi corazón se graba. Y pregunté por un escultor que progresó mucho que tiene allí una plaza y que era de Cee, Domingo Antonio de Andrade. Y me dije: este tiene que estar en la corona. Y está. Y como una de las cosas que le sirvieron para triunfar fueron los sillares, en la zona de arranque de la corona, en el aro, están esos sillares. Ahí están, en esos arranques del aro.
«He traído una novedad»
—¿Qué es lo que tiene una corona?
—A mí me gusta que mi corona cuente la historia. Le dan un sello especial. Y las cosas que tiene y que cuenta, ponerlas con armonía, que la estética que proyecta sea agradable. Y además, la corona es una evolución, y aquí he traído una novedad. La Virgen de la Junquera está acostumbrada a tener una corona de canasto, imperiales y una aureola de estrellas. Y yo traigo una corona con su evolución final: canasto, imperiales, y resplandor unido al canasto. Como la que tiene la Virgen Esperanza de la Macarena. Eso es el final de una evolución: empiezan por el aro, un aro liso, que simulaba el de las diosas griegas. De oro fino, muy laminado, como una diadema o una cinta. Ya en la época gótica empiezan unas chapas verticales (casetones), ya independiente de la escultura, suelta. Después aparecen los imperiales, una especie de puente que cierra la coronación con una cúpula, rematada por el globo terráqueo y la cruz, el triunfo de la fe.
—Elementos que se ven en la de Cee.
—En el aro está Andrade, y los basamentos, de las columnas de la entrada, por su contribución a la parroquia. Y una ofrenda de rosas perpetuas, de marfil. Después, los casetones, placas verticales, con seis óvalos y seis heráldicas: escudos de la parroquia, el del arzobispo, el del Papa, el del pueblo de Cee, el del Cabildo de Santiago y el de la madrina de la coronación, la Hermandad de la Macarena. Y después, una red de pesca, en alusión al mar, tan relacionado con la Virgen. El mar es un elemento fundamental. La red está llena de perlas, una ofrenda de los marineros. Y en los costados de los imperiales, las olas del mar. Y el Espíritu Santo y el resplandor de la corona, que un guiño a la corona de la esperanza de la Macarena.