
El que fue líder y fundador de Independentes por Cee fue absuelto esta semana de su último procedimiento. «Con la Operación Orquesta pasé dos noches en el calabozo. No es un sitio agradable», dice al recordar cómo fue uno de sus procesos más polémicos
05 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Una sentencia dictada a viva voz por el tribunal de la Audiencia Provincial zanjó esta semana el último procedimiento judicial que tenía pendiente el exalcalde ceense Ramón Vigo (A Ameixenda, 1964). Líder hasta hace poco de Independentes por Cee —el partido que él mismo fundó en 1995— y uno de los rostros de la Operación Orquesta, Vigo asegura haberse sentido «perseguido» a lo largo de su carrera política, ya finalizada tras su dimisión, en 2022.
—¿Le sorprendió cómo se desarrolló el juicio esta semana?
—El hecho de que se celebrasen todas las testificales ese día no me sorprendió tanto, porque ya nuestro abogado nos decía que dos días de juicio era demasiado. Pero sí me impactó que se dictase la sentencia in voce. No sabía de esa figura jurídica e incluso nuestro abogado comentó que en 37 años de oficio solo la vio unas tres veces. Estoy contento, en todo caso, porque eso quiere decir que los tres magistrados tuvieron claro que esto no había por donde cogerlo.
—¿Recibió muchas felicitaciones?
—Muchísimas. Creo que ni con la Operación Orquesta me llamaron tanto, y eso que era realmente más grave, ya que entonces me pedían cárcel y ahora solo inhabilitación. Y ni siquiera me afectaría, ya que, políticamente hablando, estoy fuera de juego.
—¿Se ha sentido perseguido?
—He sido el político más perseguido de la Costa da Morte. Tuve veinte procesos judiciales, todos de origen político y todos se archivaron o acabé absuelto. Fue una persecución absoluta, quizá porque el hecho de ser independiente provocó interés en que desapareciese de la escena. Y la forma más fácil, aunque también cruel y dura, de hacerlo era por la vía judicial. Me sorprendió, hace unos días, ver al secretario general socialista y a la alcaldesa de Cee diciendo que la vida política no se debe judicializar. Y eso es algo en lo que yo estoy totalmente de acuerdo, pero curiosamente ellos han participado en muchos de estos procesos.
—¿De parte de quién cree que vino esa persecución?
—Fundamentalmente del PSOE y de la que hoy es alcaldesa de Cee. Precisamente fue ella la que inició esta cuestión que me llevó a juicio esta semana. Pero el hecho de que presentase escrito ante la Fiscalía me pareció un movimiento cobarde. Si estaba segura de que había algo ilícito, que se querellase y asumiese las consecuencias. Ahora es el Concello, y por consiguiente todos los vecinos, los que tendremos que asumir las costas.
—¿Le quedan causas pendientes?
—Directamente, en principio no me queda ninguna. Y ya está bien, porque he tenido procedimientos hasta después de muerto, políticamente hablando. Me alegro mucho de que se haya demostrado que efectivamente existía una premura por sacar adelante el proyecto. Me alegro por mis compañeros.
—¿Cree que todo esto le afectó a nivel político?
—Creo que siempre acaban pasando factura, aunque tres meses después de la Orquesta gané mis primeras elecciones y aumenté bastante en votos. Claro que siempre te queda esa duda de qué habría pasado si no hubiera salido todo eso.
—¿Por qué dimitió realmente?
—En aquel momento usé las palabras «falta de ilusión» y es totalmente cierto. No se puede hacer política sin pasión, sin emociones, y yo últimamente estaba en el pleno y no me encontraba a gusto. Ya no pintaba nada, pero el partido continuó, nos presentamos a las elecciones y logramos mantener la representación. Algo muy importante, porque cuando un partido está tan ligado a un nombre y unos apellidos, cuando esa persona lo deja los resultados suelen resentirse.
—¿Qué pesó más, el Ramón médico o el Ramón político?
—Yo diría que a partes iguales. Son dos pasiones mías y ambas están en un mismo plano. Fue muy difícil compaginarlas, eso sí, pero incluso en política no llegué a dejar la medicina del todo. El trabajo público fue algo que siempre me atrajo, ya lo dije en el pregón de la Xunqueira de este año: para que se hagan ciertas cosas, has de estar en los centros de poder. Aunque puede que haya restado en la percepción de mi carrera profesional, estoy orgulloso de haber tomado la decisión.
—¿Le incomodó que la misma persona que, según dijo, lo denunció, le propusiese para dar el pregón y recibir la Medalla Concello de Cee?
—Siempre intenté mantener un perfil institucional, me gustase más o menos el alcalde que hubiese en cada momento. Si se me ofrece participar en el pregón o recibir una distinción del Concello, aceptaré, porque al final la entrega se hace de parte del pueblo. Sé distinguir entre el plano personal y el institucional. No se debe ser irrespetuoso.
«Con la Operación Orquesta pasé dos noches en el calabozo. No es un sitio agradable»
«Hubo telediarios españoles que abrieron su edición con el registro de mi coche», dice el exalcalde, que sigue tildando aquella polémica jornada de «performance», «teatralización» y «espectáculo».
—¿Cómo recuerda todo lo sucedido con la Orquesta?
—De eso hablo en el libro que estoy preparando y que intentaré publicar lo antes posible. La primera parte la titulo «Performance político-judicial». Para buscar documentación en Cee creo que no hacía falta semejante despliegue, pero lo que se hizo fue una escenificación. Es increíble que telediarios españoles abrieran ese día su edición con imágenes del registro de mi coche. Pero, al final, se resolvió también con archivos y absoluciones. Fueron ellos los que cometieron la ilegalidad con esas escuchas, no nosotros.
—¿Cómo fue pasar entonces por el calabozo?
—No fue una, sino dos las noches que pasé en el calabozo, y la verdad es que no es el sitio más agradable. Es un ambiente en el que se respira delincuencia. Recuerdo que a la mañana siguiente, un detenido con voz rasgada nos llamó «alcaldes pringados de la Costa da Mote». Fue surrealista. Yo tengo una cierta capacidad de adaptación al medio, pero hubo un compañero que estuvo deprimido mucho tiempo, y eso no es aceptable.
—Ya habló anteriormente sobre lo que significó todo aquello para sus familias y amigos.
—Lo sentí mucho porque mi madre murió antes de que se dictase sentencia. El proceso empezó un 31 de enero de 2011, una fecha señalada porque es el cumpleaños de mi hijo pequeño, y se resolvió el 19 de octubre de 2019. Son demasiados años. Piensas en gente que te conoce y que solo supo lo que salió en los medios. Nuestra visión quedó un poco minimizada, aunque yo nunca me escondí.