
El exdirector de Ferroatlántica situó este discurso, de casi una hora, como su último acto público y nuevo motivo de orgullo
14 ago 2025 . Actualizado a las 11:30 h.Carlos Oliete, exdirector de Ferroatlántica, mantuvo este miércoles la atención de los asistentes a su pregón en Cee durante casi una hora. Lo aplaudieron en varias ocasiones, y desde luego en el cierre de su discurso inaugural de la Xunqueira 2025. Así, dijo Oliete que si hasta ahora tenía dos orgullos, la familia en lo personal y haber formado parte de un gran proyecto empresarial en lo profesional, sumará desde este 13 de agosto un tercero: «Haber sido pregonero de la Xunqueira».
Jubilado hace nueve años, cuando ya rozaba los 69, dijo que será un orgullo tomar este como su último acto público. Unos 46 años de vida laboral y más de medio siglo de vínculo emocional, «bendita locura», dan para mucho, y Carlos entró en lo bueno y en lo malo. A la cabeza de lo malo, cualquier accidente laboral, pero también el Cason, el Prestige o el incendio del horno 21. Entre lo mucho bueno, la primera mujer en un departamento de producción en la fábrica, en el horno 12. Pero también La Vuelta.
Minó su discurso de nombres propios, los primeros los de su familia: Celsa, su mujer, y Paula, Isabel y María, sus hijas. También sus padres, que criaron «con valores» a 11 hijos. A partir ahí vino un recorrido en decenios por vida y logros laborales que reivindicó compartidos —agradeció a cada trabajador desde el 71 de su llegada— y por una vida social «más completa de lo que podría haber sido en Barcelona». Un recorrido por aquellas personas que le ayudaron «a vivir Cee». Sentido fue su agradecimiento a los desplazados desde Corcubión: «Se que os habrá costado». Pura idiosincrasia.

Un mensaje claro tras su experiencia en las fábricas de Cee y Dumbría: «Que los trabajadores estén contentos y felices repercute siempre en el resultado de las empresas». He ahí la base de la responsabilidad social corporativa que Ferroatlántica practicó con él al frente, «aliado incansable de iniciativas culturais, deportivas e sociais (...) apoio económico e humano», como dijo la alcaldesa, Margarita Lamela, en su presentación. Llamó Oliete a la «unión» entre empresa y comarca, a recuperar el vínculo, y a avivar la llama del optimismo que se tiene en estos días de fiesta «para que Cee siga siendo el mejor lugar del mundo para vivir». También así lo reinvidicó Lamela, que definió estas fiestas patronales con tres palabras: sentimiento, orgullo y alma. «Grazas por construír pontes entre industria e cultura», le había dicho al pregonero, del que loó su arraigo y apuesta por proyectos «que hoxe forman parte da nosa identidade colectiva»: «Entendeu que o desenvolvemento dunha vila non se mide só en cifras, senón tamén en emoción». Confesó la regidora que le formuló la petición de ser pregonero ya el 14 de febrero, sabiendo del enamoramiento de Oliete con Cee, y desde entonces ha sabido él guardar el secreto.

Para este jueves 14 de agosto, segundo día de Xunqueira, un acto clave: a las 20.00, en el santuario, nombramiento de la Virxe como alcaldesa perpetua de Cee. En lo musical, Fuego, Mega CDC y una sesión remember de los 90 y los 2000 con Rubén Martínez y DJ Rodeiro.