Las roturas de ligamentos se cobran las primeras bajas en la liga

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

CERCEDA

Ana Garcia

Fachal, del Baio, y Agulló, del Bergan, los últimos en sumarse a la lista de bajas

19 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Adrián García (Sofán), Roi, Erre, Pablo Agulló (Bergantiños), Fachal (Baio)... Son jugadores a los que una inoportuna y grave lesión de ligamentos los ha dejado tirados en la estacada. Algunos de estos deportistas encaran, por suerte, la recta final de sus respectivas dolencias. A otros les quedan, como mínimo, seis meses por delante de posoperatorio, rehabilitación, muletas, recuperación de sensaciones con el balón y de regreso al trabajo de grupo. Una dura y complicada travesía por el desierto con un único objetivo: volver a sentirse futbolistas.

Rodrigo Fachal Rial, Fachal, tiene 24 años. Lleva seis temporadas en el primer equipo del Baio, aunque llegó al club blanquiazul a los 8 años tras un breve periplo por el Bergantiños. Juega de mediocentro y el 19 de agosto se rompió el ligamento anterior cruzado, además de sufrir un leve esguince en el lateral interno de su pierna izquierda. Otros seis meses de baja como mínimo: «Foi no torneo Gasthof contra o Montañeros. Foi unha xogada fortuíta. Fomos dos xogadores a por un balón dividido. Metín a perna e leveino limpamente, pero a perna esquerda quedoume cravada na herba e no xiro notei un cruxido», relató. Fachal dijo que no sintió un dolor especialmente agudo. Incluso ahora no sufre dolor: «Podo camiñar con normalidade, apenas teño molestias, pero fun ao médico e confirmoume que teño danado o ligamento anterior cruzado». Y añadió: «O médico comentoume que é unha lesión rara de ligamento porque non teño dor e podo levar unha vida case normal». No tiene claro si operarse ahora o esperar a final de temporada: «Non cobro por xogar ao fútbol no Baio. Pero teño un traballo en Arteixo e non sei se poderei estar tanto tempo con muletas, de rehabilitación e levar todo ese proceso longo que supón unha lesión deste tipo. Teño que valoralo e en breve tomarei unha decisión».

Infortunio

Fachal cree que este tipo de lesiones son cosas del infortunio: «É mala sorte na maioría dos casos, aínda que existe certa predisposición a sufrilas dependendo do grao de resistencia que teñas nas pernas».

Pablo Agulló tiene 28 años. Se lesionó de gravedad en la segunda jornada de liga. Transcurría el minuto 70 de partido contra el Silva: «Recuerdo que fue una falta lateral, una especie de mini córner. Giro el cuerpo e intento golpear el balón, pero la pierna derecha se me quedó clavada en el césped y noté un crujido a la altura de la rodilla. Sabía lo que había: rotura de ligamentos». Sus pronósticos iniciales se cumplieron, por desgracia, al milímetro: «Rotura de ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. Seis meses de baja».

Agulló, un mediocentro reconvertido por Miguel Figueira en central, llegó este verano al Bergantiños procedente del desahuciado Cerceda. Después de una temporada convulsa en el cuadro de O Roxo, Agulló pisaba As Eiroas como un niño con zapatos nuevos. Su objetivo, dejar atrás su última temporada en el Cerceda y aportar su granito de arena para que el Bergantiños alcance el ansiado ascenso a Segunda B. Ahora tendrá que esperar «hasta marzo para regresar a un terreno de juego», dijo. Pablo Agulló prefiere ver el vaso medio lleno: «Creo que llegaré a tiempo para ayudar a mis compañeros en la recta final de liga». Hasta entonces le queda un duro trabajo por delante: «Estas lesiones te lastran más en lo anímico que en lo físico, porque son muchos meses de baja y hay que tener paciencia».