El Laracha recupera la autoestima y camina hacia la permanencia

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

CERCEDA

BASILIO BELLO

LOS PILARES DEL FÚTBOL DA COSTA | Tercera División | Suma tres triunfos, un empate y tres derrotas en las primeras siete jornadas

12 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Para analizar la trayectoria de un equipo hay que saber de dónde procede. Y el Laracha viene de unos años convulsos, tanto en lo institucional como en lo deportivo. Canito anunció este verano su salida del club, aunque luego recapacitó y decidió continuar en la presidencia. No quería dejar una entidad con las cuentas saneadas en manos del primero que presentara una candidatura. A nivel deportivo, el primer equipo atravesó por una complicada travesía por el desierto, con sucesivos cambios de entrenador y un plantel que, por lo general, no acababa de dar la talla en Tercera División.

La renovación del convenio de colaboración con el Deportivo se tambaleaba en la misma medida que el equipo corría el riesgo de descender. Finalmente, el Laracha se salvó por los pelos y todo gracias a la catarsis sufrida por el Cerceda, que decidió no inscribir a ningún equipo en la liga.

Con este panorama, Canito y el resto de integrantes de la cúpula directiva se pusieron manos a la obra. Solo quedaron diez jugadores del pasado curso y se incorporaron 13 nuevos. Todos ellos con un perfil claro: gente joven con ganas de comerse el mundo. Para el banquillo, el club apostó por un entrenador veterano, Óscar Gilsanz, procedente del Racing Vilalbés.

El arranque de la temporada fue complicado, con sendas derrotas contra el Barco (0-1) y el Boiro (2-1). Parecía que el equipo iba a caer en los mismos lodos de la pasada campaña. Nada más lejos de la realidad. El Laracha cosechó desde entonces tres triunfos, un empate y una sola derrota. Diez puntos en el casillero que han servido para que el equipo se refuerce anímicamente, recupere la autoestima perdida y camine con paso firme hacia la ansiada permanencia.

Es cierto que solo han transcurrido siete jornadas, pero este Laracha no se parece en nada al equipo que deambulaba por la liga. Es un equipo solidario, compacto, con sus cosas buenas y sus menos buenas, pero que compite hasta el pitido final. Como ejemplo, el duelo contra el Bergantiños. El cuadro larachés demostró oficio, solidaridad y brega y solo la mayor pegada de los carballeses evitó que los del municipal se llevaran los tres puntos.

«Solo pienso en el partido a partido y mi preocupación ahora es el Somozas»

El Laracha presenta esta temporada trece caras nuevas, a las que hay que sumar la del preparador, Óscar Gilsanz, que llegó al municipal tras cuatro años en Vilalba.

-¿Por qué cambió Vilalba por A Laracha?

-Tenía claro antes de que me llamaran del Laracha que mi ciclo en Vilalba había terminado. Estuve allí cuatro maravillosos años, pero me veía incapaz de sacar un mayor rendimiento al equipo.

-Pasó de un equipo, en teoría, puntero a otro en transición.

-Lo que me gustó y me gusta del Laracha es poder trabajar con gente joven y eso siempre es un reto. Además está el convenio con el Deportivo.

-Estar conveniado con el Dépor, ¿es una ventaja o un inconveniente?

-Todo acuerdo tiene sus pros y sus contras, pero creo que, en este caso, es muy positivo para los intereses del Laracha porque tenemos muchos jugadores del filial que nos pueden ayudar.

-¿Condicionó algo su trabajo empezar la liga con dos derrotas?

-No. Tanto mi segundo, Gabri, como yo tenemos una forma de trabajar y no está condicionada por los resultados. Y creo que el equipo jugó igual de bien e igual de comprometido cuado se perdió contra el Barco y el Boiro como cuando se ganó después.

-¿Es de los que mira para arriba o para abajo en la tabla?

-Miro al frente y pensando en el próximo partido, el Somozas. Si miras para muy lejos puedes tropezar con las piedras que tienes justo delante.