Termo-Biológicas ya reservó la cuarta parte del terreno para plantar batata

Toni Longueira, Manuel Rey CARBALLO / LA VOZ

CORISTANCO

JOSE MANUEL CASAL

Son 550 de las 2.000 hectáreas precisas para la explotación, según la empresa

30 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Termo-Biológicas, la empresa que pretende impulsar un gran proyecto de biocombustible en la Costa da Morte, ha conseguido hasta la fecha una cuarta parte del suelo necesario para la producción de batata a gran escala.

Así, lo confirmó ayer el consejero delegado de la compañía, José Luis Lagares Pérez. Desde que se puso en marcha la iniciativa, hace ahora algo más de un año y financiada por un fondo inversor hispano-norteamericano y panameño, la sociedad ha logrado reservar una cuarta parte del suelo necesario para la plantación de boniato. Según explicó ayer Lagares, hasta la fecha están comprometidas y reservadas unas 550 de las 2.000 hectáreas de terreno necesarias para la plantación de batata.

El consejero delegado de Termo-Biológicas comentó además que la empresa ha alcanzado acuerdos con titulares de montes, entre ellos los comuneros de Erbecedo (Coristanco), para la cesión de sus propiedades con vistas a la ejecución de los trabajos meramente agrícolas. «Lo único que precisamos es que el terreno sea liso, por lo demás, a nosotros no da igual el tipo de calificación urbanística porque la batata irá plantada en bandejas que, a su vez, irán instaladas dentro de grandes viveros». Uno de los inconvenientes existente es el elevado grado de minifundismo existente en la Costa da Morte, ya que el tamaño medio de cada explotación ronda las 100 hectáreas. Por eso es tan importante para la compañía la mediación de los concellos, como hizo el de Coristanco, que logró desbloquear las reticencias de algunos comuneros de Erbecedo para que finalmente cedan sus tierras mediante un convenio de colaboración.

Tanta superficie de suelo viene motivada por la producción a gran escala. «Precisaremos tener mucha gente contratada porque la batata estará permanente vigilada. Las 24 horas del día, los 365 días al año», argumentó Lagares Pérez, quien envió un mensaje de tranquilidad a los reticentes. «Solo pedimos una cesión de los terrenos, del resto nos encargamos nosotros. De la construcción de los invernaderos, de la luz, el agua... Todo». E insistió en que el impacto medioambiental será mínimo. «Las explotaciones agrícolas se realizarán en bandejas y el uso de fertilizantes es mínimo». La clave del crecimiento del boniato radica en los constantes cortes en las plantas, para que crezcan más rápido. Eso supone disponer de gran cantidad de mano de obra».

El alcalde de Cerceda, José García Liñares explicó ayer que «dende o Concello apoiarase sempre este tipo de iniciativas empresariais». Argumentó que se trata de un plan de trabajo «moi interesante» para la generación de biocombustibles. El Concello y la empresa buscan 400.000 metros cuadrados de suelo industrial en O Acevedo.