Las dos familias de los barcos turísticos de Fisterra se enfrentan a golpes en pleno muelle

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

FISTERRA

El puerto de Fisterra, en una foto de archivo
El puerto de Fisterra, en una foto de archivo XESUS BUA

Luchas internas ponen en jaque el arrollador éxito turístico fisterrán

02 ago 2018 . Actualizado a las 22:12 h.

El indiscutible éxito de Fisterra como motor turístico de la Costa da Morte, particularmente al abrigo del Camino, se está topando con una retahíla de incidentes, enfrentamientos más o menos velados, rencillas y situaciones de conflicto, que van camino de convertir el ambiente empresarial y, sobre todo, vecinal en absolutamente irrespirable.

Los frentes abiertos son múltiples y el papel de apagafuegos del alcalde, José Marcote, que ostenta también directamente la concejalía de Turismo, no da abasto respecto al complicado caldo de cultivo en el que nadan diversos conflictos: están enfrentados taxistas, empresas de transporte y una agencia de viajes; existen muchas suspicacias entre unos negocios y otros en base a las licencias, se han presentado distintas denuncias; los empresarios se han dividido en dos asociaciones distintas, nacida una como reacción a la otra... En definitiva, todo parece una olla a presión que puede estallar en cualquier momento y que, de hecho, ya lo hizo este domingo a las 14.45 horas, en pleno puerto y a la vista de medio pueblo. De hecho, lo sucedido llegó incluso ayer oídos del presidente de Portos de Galicia, José Juan Durán, y de la conselleira do Mar, Rosa Quintana.

Se enfrentaron a golpes miembros de las dos familias que gestionan los barcos de transporte de pasajeros que hay en la localidad y, aunque difieren en las versiones respecto a quien fue el principal responsable, ambas partes coinciden en que se trató de un espectáculo lamentable y que así va a ser muy difícil la convivencia y el trabajo.

Pedro Oliver, que lleva 11 años prestando este servicio en la localidad, asegura que Plácido Valdomar, que hizo el primer viaje este sábado, y los suyos increparon y amenazaron a su pareja, aprovechando que tanto él como su hermano habían ido a casa comer. «Foron a intimidala, a dicirlle que nos ían matar a todos», asegura el empresario, quien añade que su pareja le llamó por teléfono ya llorando y ahí sí reconoce que él y su hermano se presentaron en el lugar de manera agresiva para reprender esa actitud. «Formouse un altercado, pero eles estaban preparados cunha barra de aluminio. O máis mal parado foi o pai, porque viña cunha varra para darlle a meu irmán», señala Oliver, quien ya acudió a denunciar y destacan que ahora están «ameazados de morte» e intranquilos porque «esta xente é perigosa».

El padre en cuestión, que también se llama Plácido, al igual que su hijo al que conocen más como Dito, señalaba ayer por la tarde que sufre la rotura de los huesos de la nariz y tiene fisurada al menos una costilla. «O barco non é meu e o conto non ía nada comigo, ía coa chavala do meu fillo. Eu só fun mirar o que pasaba e Oliver e máis seu irmán partíronme o nariz e aqueláronme as costelas. Parece que queren ser eles solos os donos de todo e non sei que vai pasar. Así a ver quen se pon agora a traballar. Se por min fóra, preferiría que collese [su hijo] o barco e todo e marchase para A Coruña ou para onde fose», explica el principal perjudicado.

Su hijo añade que «chegaron coma tolos, rompendo con todo sen mediar palabra e mallando nas mulleres», mientras que Sole Méndez, la marinera de la nueva empresa que anteriormente trabajaba con Oliver y también resultó lesionada, recalca que les amenazaron con «queimar a caseta e o barco» además, de «facer así coa man o xesto de cortar o pescozo».

Al margen de los detalles exactos y de las disputas respecto a quien tiene mayor legitimidad, porque Oliver denuncia privilegios de su competidor, lo cierto es que el espectáculo no resulta para nada edificante. La muestra más palpable es que ayer ninguno de los dos barcos estaba en servicio y hay varias personas lesionadas, de distinta gravedad, por ambas partes. Así ambas familias las últimas horas, en lugar de en el trabajo, las pasaron entre hospitales y trámites de un asunto que, con toda probabilidad, va a acabar en los tribunales y como un problema de convivencia.

El éxito de mayo y el comportamiento de junio augura una gran campaña

Aunque nunca llueve a gusto de todos. De hecho, el propio Plácido Valdomar (padre) del albergue Mar de Fóra, señalaba ayer que para ellos «este ano foi mellor mes o de maio que o de xuño», la sensación generalizada en Fisterra es que el comportamiento del sector turístico sigue al alza, al margen de cuestiones organizativas y de la gestión más o menos acertada de los profesionales. De hecho, esperan una gran campaña estival. Ángel Rivas, del Mar de Ardora, señala que, en su caso particular, las cifras son difícilmente mejorables. «En junio de 180 habitaciones dejamos sin vender 11, con lo que se puede decir que estuvimos al 99% y para julio y agosto también está todo lleno. Otra gente de los hostales y eso igual tiene más queja, porque esto es como todo», explicaba.

La competencia por el transporte deriva en varias denuncias a través de distintos frentes

Si las disputas saltan a la vista entre los servicios de alojamiento o las atracciones para peregrinos, desde luego el que se lleva la palma son los transportes, que ahora tienen al proyecto Vive Fisterra, y a la agencia Brigantia Viaxes, en el centro de la polémica y, además, por varias vías, porque ha sido denunciada por parte de los taxistas de Muxía, la empresa Autocares Grupo Ferrín y también mantiene un conflicto abierto con los taxistas de Fisterra, que preparan medidas.

En el caso concreto fisterrán, lo que discuten los profesionales del taxi es el tren turístico -estos días fuera de servicio por avería- por lo que van a reclamar en los próximos días todo tipo de información y documentación al respecto del servicio. Sin embargo, en términos generales -y de ahí la repercusión también en Muxía- las críticas se centran en el autobús que comunica las dos localidades con Santiago de Compostela, que opera Autocares Caamaño de Laxe.

Manuel Canosa, de Brigantia Viaxes, que ayer no pudo ser contactado, ha defendido públicamente en los últimos días la legalidad del servicio turístico que presta, porque se les ofrece a los usuarios rutas guiadas. De hecho, llegó a acusar de «mafia», a quienes tratan de perseguirles por distintos medios.

Sin embargo, la visión de Ferrín es bastante distinta, porque entiende que se está prestando un servicio claramente irregular, con una competencia desleal en una zona donde tienen una concesión pública. De hecho, la Policía Local de Muxía ya ha interpuesto varias denuncias al respecto por infracciones muy graves y será Transportes quien decida.