Un buque hundido en 1803 inspiró un innovador restaurante en Fisterra

Marta López CARBALLO / LA VOZ

FISTERRA

Ana Garcia

Entrar en La Bayonnaise es como meterse de lleno en el interior de un buque

08 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La corbeta francesa La Bayonnaise se hundió en la costa de Fisterra a principios del siglo XIX cuando cubría la ruta entre La Habana y Ferrol. Perseguida por el buque inglés HMS Ardent, La Bayonnaise fue embarrancada por su propia tripulación y abandonada tras haberle plantado fuego, estallando horas más tarde. Los restos fueron encontrados en 2009 a seis metros de profundidad junto a la playa de Langosteira e investigados por Buceo Finisterre en un proyecto en el que colaboraron con el CSIC.

Tiempo después, esta corbeta inspiró un innovador proyecto hostelero en Fisterra que busca dar a conocer la historia de los fondos marinos de la Costa da Morte y la cantidad de naufragios que ocurrieron en el litoral.

Alicia Carrillo y Gonzalo Insua son los promotores del bar restaurante La Bayonnaise 1803. Entrar allí es como meterse de lleno en un navío. La decoración, los materiales y hasta los elementos de protección frente al covid han sido diseñados para ofrecer una experiencia marinera integral. «Gustounos tanto a historia deste navío cando colaboramos co CSIC que decidimos que, se algún día tiñamos un restaurante, sería temático. Fomos moitas veces [ao pecio] e de feito temos colgadas no local fotos nosas cos canóns, que aínda se ven», explica Alicia.

Todo el interior está revestido en madera y con detalles de la decoración que simulan el interior de un navío. También eligieron este material para el exterior, en donde tenían proyectado colocar un mascarón de proa que, al final, tuvo que quedarse dentro. «Ao estar o restaurante no casco histórico non puido ser, pero como xa llo tiñamos encargado ao artesán Manuel Canosa colocámolo dentro», apunta Carrillo.

Fue difícil alcanzar el resultado deseado y, sobre todo, transmitirles al carpintero y al decorador la idea que querían plasmar. Pero el resultado no pudo ser mejor y hoy en día ya son un referente en la localidad, pese a su corta trayectoria.

El pulpo y los tipos de pescado «infravalorados» son sus especialidades y tiran mucho de producto de temporada. Ahora, por ejemplo, echan mano del abadejo, del longueirón y del pulpo de lonja. Tienen el distintivo Km. 0 Mar Galaica, lo que implica que trabajan con materias primas obtenidas a no más de 100 kilómetros de distancia. Hasta en la bodega han querido seleccionar vinos gallegos en la medida de lo posible. «Sobre todo nos brancos, nos tintos xa sería un pouco máis difícil e fómonos tamén a variedades españolas», explica Alicia.

El plato con el que más triunfan es el risotto con pescado del día, aunque su carta es flexible y la van adaptando al tiempo, a la temporada y a lo que encuentran en la lonja. Hacen fines de semana temáticos y hasta ahora les ha ido muy bien, aunque el covid, como a todos, ha causado estragos en este auténtico bar marinero. «Estamos traballando menos da metade que antes. Aínda traballando ao 50 % hai noites de fin de semana que quedan mesas libres, cando antes tiñamos todo completo», asegura la responsable, «e agora que estamos illados, ao estar varios concellos próximos con confinamento perimetral, pois moito peor».

Además de los turistas, su clientela es muy local y les solía llegar mucha gente de Cee, Muxía, Carnota, Muros o A Coruña. Con estas zonas inaccesibles el público fisterrán es prácticamente la única baza que les queda para jugar. Eso sí, se están portando de lujo, también con los pedidos para llevar, lo que les sirve para ir manteniéndose a flote mientras dure esta tempestad.

Alicia, apodada la sirenita de Fisterra por su trabajo de submarinismo, comparte esta aventura con su compañero Gonzalo Insua, experimentado cocinero que ya había llevado las riendas de otro conocido restaurante de la localidad.