Recreativos furtivos recurren a chivatos en Malpica para esquivar la vigilancia
MALPICA DE BERGANTIÑOS
El negocio de las poteras y la venta ilegal de calamar regresan a la zona del martillo
23 oct 2021 . Actualizado a las 09:05 h.Cuatro años y cuatro meses después de las primeras denuncias tramitadas ante la Guardia Civil por agresiones, amenazas y reyertas en la zona del martillo, el codiciado y muchas veces masificado extremo norte del puerto de Malpica -sobre todo por los entusiastas a la pesca aficionada- vuelve a ser escenario de rencillas y trifulcas entre furtivos recreativos. Se trata de personas que se dedican al mercadeo de poteras y a la pesca de calamar para su posterior comercialización ilegal entre los hosteleros, tanto de la Costa da Morte, como de fuera.
Con la entrada en vigor, el pasado 7 de agosto, del nuevo reglamento que permite la actividad recreativa en 109 de 122 puertos de titularidad autonómica, son muchos los que han vuelto a disfrutar de su afición. En el caso de Malpica, Portos de Galicia prohíbe de forma taxativa el lanzamiento de las cañas en todo el tramo norte portuario, desde la explanada de acceso a la lonja hasta el martillo, justo el trecho con mayor reclamo. De hecho, la Guardia Civil ya ha tramitado un centenar de multas por los incumplimientos del reglamento de la pesca recreativa y el estacionamiento de vehículos en zonas no permitidas. Pero los furtivos siguen en sus trece y, para ello, recurren ahora a chivatos que los alertan de la llegada de las patrullas de la Guardia Civil y poner los pies en polvorosa.
Varios aficionados y testigos ofrecieron su versión de lo que acontece en el muelle de Malpica desde el mes de agosto. Exigen anonimato por temor a represalias: «Lo del tráfico de poteras y la venta ilegal de calamar mete miedo», apuntó un veterano usuario de esta rada, quien apuntó: «Cuando hablo de furtivismo no lo hago de una práctica generalizada, sino más bien de un grupo de Carballo que se cree que el puerto es de ellos. Hay amenazas... Siempre hay problemas con ellos... Un mal rollo basado en la territorialidad de la zona del martillo. Parece como si hubiera que pedirles permiso para poder pescar». Aún añadió este testigo: «Ellos pretenden decidir quién pesca y quién no. Y si quieres poteras, hay que comprárselas a ellos».
La presencia de chivatos en el muelle de Malpica es una novedad en este regreso a la nueva normalidad tras el covid. Y es que algún pescador recreativo acumula ya cinco multas, de 90 euros cada una, por pesca ilegal y por estacionar el coche dentro del puerto.
«Suelen ser entre dos y cuatro las personas que se ponen a la altura de las redes, medio ocultas, y cuando ven a la patrulla de la Guardia Civil llaman por teléfono a los que están pescando y los alertan de su presencia», apuntó otro usuario. Este añadió: «Suelen ponerse sobre todo los fines de semana, entre la medianoche y la una de la madrugada, cuando ya no hay guardamuelles y apenas hay patrullas vigilando la zona».
Las denuncias han caído
De hecho, desde que hay chivatos en el puerto, las denuncias han caído en picado. Las únicas que se proponen son por estacionamiento indebido, pero la realidad es que la pesca ilegal de calamar ha regresado por todo lo alto y con una clara finalidad: atender la demanda hostelera que tiene como reclamo este cefalópodo capturado con potera. Algún restaurante de la comarca de Fisterra ofrece este producto en su carta por 20 euros. Pero esta prolífica actividad ilegal no solo hay que atribuirla a furtivos, sino también a los propios profesionales del mar, que disponen de permex. «Al llegar la noche, algunos, con sus lanchas, echan las nasas junto al muelle y antes de que amanezca las recogen: nécoras, pulpos, camarones... Lo que caiga. Todo les vale», apuntó otro usuario. Algunos hablan incluso de sabotaje: «Les rompen las cuerdas a las nasas o se las pican», apuntaron fuentes próximas a las fuerzas de seguridad.