«Un oficio que leva con nós seis séculos non pode desaparecer»

Marta López CARBALLO / LA VOZ

MUXÍA

XAN FERNANDEZ

Una campaña recaba apoyos por toda Galicia y desde todos los sectores para los secaderos tradicionales de congrio

12 abr 2022 . Actualizado a las 22:57 h.

El 22 del 2 del 2022 nació en las redes sociales la campaña «Salvar os secadoiros de congro», apenas una semana después de saberse que el único secadero tradicional que queda en Muxía corre riesgo de desaparecer por las exigencias de la normativa alimentaria. Hoy día ya son decenas las personas de diferentes ámbitos de la cultura, la política o la educación que han manifestado públicamente su rechazo a lo que califican como «unha aldraxe» al patrimonio marinero, a la identidad del pueblo muxián y a un modo de vida centenario que parece abocado al ocaso.

En palabras de la técnica y artista local Viki Rivadulla, promotora de la iniciativa, «a mobilización cidadá é relevante por varios motivos: por apoiar ao mozo [que xestiona este último secadoiro], que está bastante desmoralizado; por facer unha chamada de atención entre a veciñanza e por amosarlle á Administración que isto é algo que sentimos como propio e que nos representa».

Nombres como Alexandre Nerium, Adhara Caamaño, Carmen Isabel Labrador, Xoán Curiel, Fernando Patricio, Rafael Mouzo, Miro Villar, Rocío Leira o Rosa Sánchez ya han dicho a viva voz eso de «Eu son [sus respectivos nombres] e apoio aos secadoiros de congro de Muxía». También Carlos Fernández Coto, presidente de Apatrigal; miembros del Instituto de Estudos Chairegos, actrices de Amorodio Teatro, políticos de todos los colores e incluso residentes en la diáspora han querido sumarse a este frente común.

Vki Rivadulla
Vki Rivadulla Ana Garcia

Especialmente ácido, sarcástico y crítico fue el vídeo que remitió para la causa el actor, cómico y contador de historias Avelino González. «Estes secadoiros non cumpren as normas, seica, pero levan séculos dando de comer a quen come o congro e a quen o prepara. O mellor sistema para acabar cos lumes forestais sería talar tódalas árbores?», se pregunta González, al tiempo que tira de ironía para apuntar que esas flores que visitan las abejas antes de elaborar su miel «tampouco teñen rexistro sanitario».

Santi M. Amil

«Eliminar elementos referenciais é matar a vida», expresa a su vez el antropólogo Manuel Vilar, director del Museo do Pobo Galego; mientras que el artista carnotán Nando Lestón define la tradición como la «catapulta á contemporaneidade».

«Tan só dende a ignorancia se pode xustificar a desaparición dun ben cultural tan importante», dice, precisamente ante un secadero, el divulgador y profesor Xan Fernández Carrera; en tanto que Xurxo Souto habla de «intransixencia da burocracia» y de que el viento muxián siga «tecendo esas redes de beleza». Aprovecha el escritor, músico y activista para recordar que hace solo unos años «as dornas estiveron a piques de desaparecer», también por no adaptarse a la norma. «Pero seguen a navegar, e o que acabou desaparecendo foi a norma», expresaba.

cedidax

Incontables muestras de apoyo siguen agrandando una iniciativa que cabalga ya hacia el millar de seguidores en Facebook y que demuestra que los secaderos de congrio interesan mucho más allá de las fronteras del municipio de A Barca. Desde Carnota, el conocido actor Miguel de Lira es tajante: «Temos que conservalo a toda costa».

La normativa para elaborar de forma artesanal productos de alimentación no incluye el pescado

El Diario Oficial de Galicia publicó estos días las normas técnicas y los distintivos identificadores de la artesanía alimentaria. En este texto, que podría haber ofrecido un marco legal al secadero de congrio tradicional que sigue funcionando en Muxía, pero entre los productos que se pueden elaborar de esta forma no se incluye ni el pescado ni el marisco.

Ya lo adelantaba hace unos días la Consellería de Sanidade en una nota. «El secado al aire de diferentes alimentos no se puede incluir en el listado de excepciones de alimentos con características tradicionales permitidas en la reglamentación comunitaria de higiene y seguridad alimentaria», especificaba la Xunta al principio de un comunicado sobre la situación del secadero. Además, señalaban desde el departamento del Gobierno gallego que para poder amparar la actividad como se realiza es necesaria una norma nacional que actualmente no existe.

En el caso del negocio de la familia Diz, la solución no está en la orden de 16 de febrero, basada en una ley del 2005 de promoción y defensa de la calidad alimentaria gallega, pero sí facilitará las cosas a empresarios del sector primario que a lo largo de los últimos años han intentado poner en marcha pequeñas producciones sobre todo de derivados lácteos y de elaborados con frutas que se encontraron con muchas dificultades y que finalmente desistieron de sus proyectos, sobre todo en el caso de la leche, en momentos en los que dar valor añadido era muy necesario.