Hadrián Félix Neira, un hábil delantero del Ponteceso en eterno idilio con la Historia

Patricia Blanco
PATRICIA BLANCO CARBALLO / LA VOZ

PONTECESO

ANA GARCÍA

La cantera del talento | Hijo de docentes, quiere seguir la estirpe y ser profesor. Tiene dos mitades, dice, la carrera que siempre quiso y el fútbol. Estudia además inglés y, por libre, japonés

19 feb 2024 . Actualizado a las 12:13 h.

Fortes fortuna adiuvat —La fortuna favorece a los audaces— es la frase que acompaña su perfil de WhatsApp, un proverbio de Virgilio que trata de incorporar a su día a día, como filosofía de vida: «Significa moito». Hadrián Félix Neira Varela (Ponteceso, 2004) asegura que fue un niño «pillabán e inquedo», sobre todo en el colegio, el Eduardo Pondal: «Logo maduras e asentas a cabeza», ríe. Lo dice con 19 años. Remonta esa madurez al instituto, donde convivió, «e foi unha experiencia enriquecedora e bonita», con una circunstancia especial: «Meu pai dábame clases de latín e grego e miña nai era a directora do centro, pero nin unha cousa nin outra me supoñían un problema, eu sempre o levei moi ben». Evidentemente sus chascarrillos oía, pero los afrontó a base de interés por «adquirir coñecementos», más incluso que por simplemente estudiar: así, acabó bachillerato con matrícula de honor. No cree que una nota defina la valía o el saber de una persona, «para nada», pero las ve «necesarias». Como las pruebas ABAU como primer acercamiento a un examen a nivel gallego, una previa de las oposiciones que él quiere hacer, porque su idea es seguir el camino de sus padres —Juan Félix Neira y Teresa Varela— y ser profesor de instituto. Si elegir pudiese, en su Ponteceso natal.

Semeja desde fuera un joven serio y asentado. «Dende fóra, porque son de todo menos serio. Un bromista nato, teño un chiste para todo», aclara. Puede tener que ver la carrera que cursa, Historia, en la Universidade de Santiago: «Ábreche as miras, dáche unha visión máis ampla, coñecín xente marabillosa, profesores que marcan. A historia é a disciplina que abarca todo o ser humano, e ves que é circular, que se repite...». Sabía que estaba destinado a ella — y si tuviese que especializarse en alguna sería la antigua, aunque a la hora de elegir también tuvo en la balanza INEF, por la otra parte que lo define, el fútbol. «Eu xa collera o bacharelato da xente rara», ríe: «Humanidades, Ciencias Humanas. Seguro que me meto nun xardín, pero creo que hoxe están moi minorizadas en favor das ramas tecnolóxicas e, algo menos, do científico. Estudar latín e grego hoxe en día vese algo desfasado, pero é un camiño que debería coller todo aquel que lle gusten. Sempre dixen que quería estudar Historia, un rara avis», precisa.

En Historia, precisamente, escuchó que la cultura es «un ben social que está influenciado polo teu entorno», y él en este sentido tiene claro que si algo marca el desarrollo de una persona es «o ambiente familiar»: «Son un afortunado polos pais que teño, preocupados por que aprendese, por darme a inquedanza de ser boa persoa». De él heredó el gusto por la historia, por Grecia y Roma, pero también el aprecio por la historia local: «A grande historia xa está feita». De su madre, «desafortunadamente», no heredó «o talento nas matemáticas, pero si a idea que se te esforzas consegues cousas»: «Admiro a súa capacidade de traballar». Igual que la «serenidade» de sus abuelos.

ANA GARCÍA

Un buen goleador

Fue un tío el que introdujo a este joven en el fútbol. «É unha das facetas das que máis agradecido estou. Poñería en valor o latinismo, mens sana in corpore sano, o equilibrio entre o deporte e o estudo leva a unha persoa a estar completa»: «Estou encantado de xogar no equipo do meu lugar, é unha familia adoptiva». Hoy sénior, empezó en infantil. Delantero, es uno de los máximos goleadores de la Liga da Costa esta temporada. No lo dice él, sino las tablas, aunque asegura que su mayor logro «como irmán» es haber conseguido que su hermana, Grecia Helena, se aficionase al fútbol. Pronto cumplirá 13 años: «Só teño eloxios para ela».

Hadrián baja cada fin de semana desde Santiago para entrenamientos y partidos, «pero non é unha esixencia, é o que me gusta». Un día a la semana entrena además con juveniles del Compostela. Aprecia sobremanera en el deporte el contacto con los pequeños, de ahí que participase en un campus de la entidad Abellariza y quiera además sacarse el título de entrenador para en un futuro próximo cumplir su deseo de trabajar con bases. Para eso, y para la docencia, ve vital formarse, por lo que también se ha inscrito en el curso de monitor de tiempo libre que ofrece la Fundación Pondal, con la que en su día probó la miel de las Aulas Científicas: «Estivo ben, pero non era o meu».

Por estudios, deporte, aficiones y la habitual vida social de un joven, Hadrián dejó algo de lado la escrita, pero su éxito tuvo en certámenes literarios, entre ellos el Contos de Primavera de La Voz, que ganó en el 2018 con un texto sobre Corme. Los lunes coge a las 06.45 un bus para ir a Santiago, y a las 09.00 está en la Escola de Idiomas, donde aprende inglés. Atraído no por el anime, que también ve, sino por el aspecto lingüístico, también se forma por su cuenta en japonés.

EN 5 AÑOS ME VEO...

«A miña meta é ser profesor de instituto, se puidese elixir en Ponteceso. Seguiría xogando e gustaríame ademais adestrar algunha categoría base»