Historia e historias de San Fins de Cambeda: más de medio siglo de fiestas

¿Cómo fue posible que una pequeña aldea, ni siquiera parroquia, trajese en pleno auge a sus fiestas a Ana Kiro, Los 2 Españoles o la orquesta París de Noia? De ello hablaron este pasado lunes en San Fins —parroquia de Cambeda, Vimianzo—, el lugar protagonista de esta historia que ha querido atesorar precisamente eso, la historia de sus celebraciones, siempre 1 y 2 de agosto, caiga en el día que caiga, con lo que eso implica para la afluencia.

Aunque es Evaristo Domínguez Mouzo quien preside la comisión, por circunstancias, y como ya había hecho en ocasiones anteriores, asumió este año Félix Roget el liderazgo de la organización, con el total apoyo del primero. Quisieron hacer algo diferente, «algo para reunirnos», y por eso organizaron para el domingo la primera edición de una andaina, con excelente acogida, y para el lunes la toma de una fotografía a la que convocaron a todos quienes habían integrado las comisiones de este ya más de siglo de fiestas.

Algunos ya han fallecido, pero de quienes viven tan solo cuatro no pudieron acudir, resultando una veintena de personas para una imagen que acabó en churrascada y anécdotas: «Veu xente de case xa 90 anos, e iso para nós é un éxito, vendo varias xeracións sentadas que ao mellor levaban tempo sen falar». También se sumó la alcaldesa, Mónica Rodríguez. Muy recordado, precisamente, fue Manuel Insua André, «Lolo do Roveiro», fallecido hace ya tiempo, quien en su día tiró mucho de esta pequeña celebración y trajo a esos artistas «tan grandes». Félix tiene 42 años y ya no recuerda la actuación de Ana Kiro, pero le dicen que los coches llegaban desde San Fins hasta donde hoy está la Carpintería Carballo, en Caxadas, «e dende aí había que ir andando». «Non sabemos como o faría, Lolo era construtor, seguramente ata tivo que poñer cartos do seu peto», incide Roget.

Entre risas también recordaron avatares al ir a pedir por las casas: «Máis dun a mordida dalgún can levouna». Muchos de los que el lunes se acercaron habían ostentando el cargo de «presidente ou axudante de presidente», aunque antaño no era como ahora, cuenta Roget: «Antes non había asociacións como tal. Firmaba os papeis o primeiro que aparecía polo bar. Hoxe si hai estatutos e demais, e está ben que sexa así», valora. Son pequeñas historias de una fiesta que no quieren dejar morir, como tampoco quieren que muera el rural. Detrás de una cosa va la otra: «Teño dous fillos pequenos e isto come tempo de estar con eles, pero é gratificante. Dábame moita pena que este ano non houbese festa, estou contento de que non se perda a tradición», añade.

Roget agradece el apoyo vecinal y el del comercio local de la zona: «Sempre lanzamos unha mensaxe para que se apoie estes establecementos, porque somos moitos a pedir, e sempre dan». Además de sesión vermú y verbena, en su afán de diferenciarse, también tuvo su tirón el tiro da torada. O el tiro da corda, que este martes celebraban de nuevo: solteros y solteras contra casados y casadas. Queda por ver si se hará también uno específico para separados y separadas, y divorciados o divorciadas. He ahí también el torneo de fútbol 4x4, asimismo con versión infantil, que seguirá este miércoles por la tarde en el campo de Caxadas: participan San Fins, Castrelo, Piñeiros y Caxadas. Más curiosidades: hay un trofeo único, el equipo que gana se lo lleva a casa un año y lo devuelve en la sesión vermú del año siguiente, para seguir rotando. La última victoria, la del 2022, fue justo para San Fins.

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