No se trata de convertir al fornido ariete Sandaza en el adalid de un movimiento de liberación de superficies sintéticas, ni siquiera en el cabecilla de una manifestación que pida la dimisión del señor Orozco, como responsable directo de las lesiones musculares que asolan las filas del Lugo en su brillante trayectoria por Segunda. Pero el cabreo de Sandaza, enésima víctima de la superficie sintética de A Cheda, señala al regidor municipal como hombre sin palabra. Sí, porque la empeñó para que el Lugo tuviese en O Ceao la solución a su vergonzoso peregrinaje en busca de campos de hierba para entrenar, pero si te he visto no me acuerdo. Si el señor Orozco ha presumido de imputado, hasta la fecha, no puede hacerlo de tener palabra. Al menos con el Lugo y su afición.
Con las dos bajas ya anunciadas de Pablo Álvarez (posible rotura de fibras y otra lesión muscular más) y Sandaza, Setién cuenta solo con dos delanteros, Rennella y Juanjo, para recibir al Castilla. En los demás puestos, el técnico cántabro cuenta con todos sus efectivos. El filial blanco llega en un espléndido momento de juego y resultados, después del cambio de técnico, habiendo protagonizado una espectacular remontada hasta abandonar su puesto de colista y colocarse por delante de los cuatro puestos de descenso con un punto más. Enfrente, un irregular Lugo, capaz de no recibir goles en quince jornadas, o de encajar nueve en dos partidos. La solución a sus males pasa inexorablemente por volver a echar el candado a su propia portería. En Canarias lo logró, sin llegar a jugar bien, ni mucho menos. Pero su principal talón de Aquiles sigue estando en su escuálida capacidad realizadora, demasiado dependiente de su máximo goleador Enzo Rennella, que lleva varias jornadas sin mojar. Y el Castilla es equipo con probada capacidad goleadora. Por eso, los lucenses tendrán enfrente a un rival muy peliagudo, al que no podrán dejarle respirar nunca. Sin esa intensidad y sin la máxima concentración, estaríamos hablando de una nueva derrota. Y ya sería un resultado muy peligroso a estas alturas.