El Lugo resucita a otro muerto

Murillo

CDLUGO

19 may 2014 . Actualizado a las 11:59 h.

Al Lugo le quedaba el Anxo Carro como último recurso al que aferrarse para romper esta racha negativa en el último tramo de Liga. Pero ni el factor campo le sirvió para evitar una derrota que resucita a otro muerto, el Alavés. A tres jornadas del final y con dos salidas a Eibar y Alicante y el último partido en casa frente al Mirandés, le obliga a los lucenses a sumar tres puntos como mínimo para no descender. Los cincuenta puntos actuales se me antojan insuficientes. Y las alarmas ya se han encendido.

El Lugo sigue pagando muy caras dos deficiencias básicas crónicas: su vulnerabilidad defensiva y su escasísima pegada arriba. Casi siempre pierde las dos batallas de las áreas. Un Alavés rocoso, portentoso físicamente, con un juego elástico de acordeón en 4-4-2 clásico, velocidad por las bandas y un ariete, Viguera, pichichi de la categoría, no se entiende cómo ocupa plaza de descenso. En el primer robo de balón, Guzmán se trazó un eslalon espectacular y fusiló por bajo a Dani Mallo. Un gran gol, para un gran contraataque de manual, aunque la autopista que se encontró por la banda de Iago y Manu estuvo expedita. A partir de ahí, los vitorianos cerraron mejor los espacios. El Lugo despertó, pero solo a fogonazos. Buscó Setién en el represaliado Sandaza el remate por arriba y a punto estuvo de conseguirlo en su primer testarazo. Tampoco la entrada de Pablo Álvarez mejoró las llegadas. Careció de lucidez el Lugo en ataque, frente a un rival que le desnudó sus carencias y entre pérdidas consentidas por el árbitro regresó vivo a Vitoria. Caridad, pues, la justa, porque hay peligro de descenso. Ojo.