Condenados a prisión, pero en un limbo: los gallegos que esperan en la calle para entrar en la cárcel

L. G. V. REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

De izquierda a derecha, Alejandro Míguez, Alberto Souto, el Nocillas y Segundo Cousido
De izquierda a derecha, Alejandro Míguez, Alberto Souto, el Nocillas y Segundo Cousido

Mientras aguardan por un fallo firme, hay procesados que pueden estar libres dos años. Alguno ha aprovechado esa vía para huir

24 feb 2025 . Actualizado a las 12:50 h.

Hay unas canchas de baloncesto en el centro de A Coruña en las que Alejandro Míguez entrena con frecuencia. Los días posteriores al veredicto de un tribunal que lo condenó como cómplice del asesinato de Samuel Luiz solía hacerlo con capucha. Su cara estaba en todas las televisiones del país. Hace casi tres meses que este joven pasó de inocente a culpable por veredicto de un jurado, y varias semanas ya desde que la jueza le impuso una pena de diez años de cárcel. Sin embargo, podrá seguir practicando con la canasta, previsiblemente durante bastante tiempo. Como el resto de los condenados por este crimen en el verano del 2021 en el paseo marítimo coruñés, ha recurrido la sentencia. Pero mientras Diego Montaña, Kaio Amaral y Alejandro Freire esperan entre rejas una rebaja de la sanción, Míguez augura el dictamen del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia en su casa. Y aún tendría la opción de apelar al Tribunal Supremo.

Justo hace unos días, un hombre era detenido en Pontevedra por incumplir la orden de alejamiento que tenía vigente sobre su hija. Condenado por un delito de agresión sexual cuando la chica era menor de edad, y ratificada la sentencia por el alto tribunal gallego, el fallo aún no era firme, ya que cabía un último recurso. «En casación [una reclamación extraordinaria ante el Tribunal Supremo] la situación del condenado se dilata muchísimo, llegando a tardar la sala de admisiones del Supremo entre uno y dos años y medio en decir si admiten el recurso a trámite o no. En caso de que no lo admitan la sentencia sería firme, pero si lo hacen hay que sumarle unos seis meses más», explica Rubén Veiga, del despacho Xeito Abogados.

Así se explica que aquel hombre siguiese en la calle. Es la misma situación en la que se encuentran otros como Alberto Souto, con antecedentes penales y condenado desde junio del 2023 a pasar trece años en prisión por el incendio de una vivienda con peligro para las personas, el robo en el interior del inmueble y también el robo en un vehículo en Fisterra. La defensa de quien se conoce más popularmente como el Nocillas presentó un recurso que desestimó el alto tribunal gallego, «y ha pasado más de un año desde que presentó casación», indica Veiga, por lo que seguirá lejos de prisión hasta que el Supremo se pronuncie.

Souto es un viejo conocido del sistema penitenciario, pues con 53 años ha pasado varios en la cárcel. Con todo, su salto a las páginas de la crónica negra llegó en el 2009, cuando se le arrestó como supuesto autor del asesinato de dos traficantes de Muros en la casa que el jefe de su banda tenía en Aranga. Delató al verdadero criminal y lo absolvieron.

En octubre del 2023 volvió a acaparar titulares, pero en este caso por la muerte de su hermano Guillermo. Portero de una discoteca de A Coruña, lo asesinaron a tiros en Arteixo. Posteriormente, los investigadores constataron que el crimen era una venganza contra el Nocillas derivada de una deuda con una banda de narcotraficantes de Arousa.

Con buen comportamiento

Al criminal que la policía espera encontrar para detenerlo es Segundo Cousido. Este profesor de Religión de los Salesianos de Vigo fue condenado a 32 años y medio de cárcel en mayo del 2019 por abusar sexualmente de seis alumnos. Cousido ingresó en A Lama ese verano, tras destaparse el escándalo, pero salió al poco tiempo por buen comportamiento y previo pago de una fianza de 12.000 euros. Sin embargo, los tribunales denegaron la excarcelación, y para cuando tuvo que volver a la cárcel fue demasiado tarde: se había dado a la fuga. Desde el 1 de marzo del 2023 nada se sabe de uno de los prófugos —considerado peligrosos— más buscados del país. Su rostro figura en carteles de la Policía.

Veiga explica que este es un riesgo que se corre cuando no hay sentencia firme, pero que el caso de este salesiano es la excepción a la norma. «No conozco ningún condenado que, a la espera de recurso, si durante la instrucción ha estado en libertad provisional y no se ha escapado o ha pasado de recoger las notificaciones en el juzgado, por muy alta que sea la pena, lo obliguen a entrar en prisión», concluye este letrado

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Alejandro Míguez. Cómplice de asesinato de Samuel Luiz

A Alejandro Míguez la jueza Elena Pastor le impuso una pena de diez años de prisión por ser cómplice de asesinato de Samuel Luiz. Es el único de los condenados que está en la calle a la espera de que el TSXG celebre la vista de apelación.

El Nocillas. Trece años por robo y el incendio de una vivienda

Alberto Souto, el Nocillas, pasó por prisión en el 2009 por ser el supuesto autor de un asesinato. Condenado por robo y el incendio de una vivienda, ahora está a la espera del dictamen del Tribunal Supremo.

El salesiano de Vigo. Abuso de seis menores

Segundo Cousido fue condenado a 32 años de cárcel en el 2019 por abuso sexual a varios menores de edad. Salió de la cárcel por buen comportamiento, pero los tribunales desestimaron su excarcelación. Se dio a la fuga y nada se sabe de él.