El canterano asegura que su debut ante el Arenteiro fue «un sueño cumplido»
14 may 2024 . Actualizado a las 19:52 h.David Rosón (Lugo, 2003) dice haber cumplido «un sueño» cuando en el derbi ante el Arenteiro saltó al terreno de juego e hizo su debut con el Club Deportivo Lugo. Estuvo poco tiempo sobre el césped, pero el suficiente para ilusionarse con un futuro próspero como albivermello. Habitual en la rutina del primer equipo con Pedro Munitis y ahora con Trashorras, triunfar como rojiblanco es la meta que persigue. empujado por su talento, el trabajo y sin traicionar los principios que le hicieron escalar en el club desde alevines.
—Ya hizo la pretemporada y es un habitual en los entrenamientos del primer equipo. ¿Contaba con que esta oportunidad le llegara antes?
—Cuando haces la pretemporada con el primer equipo y estás en su dinámica es normal ilusionarse con debutar. Cuanto antes mejor, claro, pero todos los chavales que estamos ahí somos conscientes de que no es fácil porque hay muy buenos jugadores en la primera plantilla. Hay unos procesos y unos tiempos que hay que respetar.
—Contra el Cornellá, al partido siguiente, ya no entró en la convocatoria.
—Me hubiese gustado ir otra vez convocado, a quién no, pero la plantilla ya estaba al completo, o prácticamente, y me tocó ir con el filial.
—¿Fue un chasco?
—En absoluto. Yo encantando de poder jugar con el filial. Mi ilusión es ayudar al Lugo, sea en el primer o en el segundo equipo.
—Aún quedan dos jornadas, igual le surge otra oportunidad.
—Ya se verá, ojalá. Lo que intento es trabajar al máximo en cada entrenamiento para demostrarle al entrenador que estoy preparado.
—Al estar trabajando con el primer equipo, ¿lo notaba cuando competía con el filial?
—Sí, mucho. Es inevitable no notarlo porque las diferencias son grandes. La Primera RFEF es prácticamente profesional y los comportamientos con y sin balón son completamente distintos.
—¿Con qué compañeros del primer equipo hizo mejores migas?
—Lógicamente, con Castrín y Antonetti, con los que coincidí en el Polvorín. Y también con Johaneko porque es más o menos de mi edad y compartimos aficiones. Aunque he de decir que el trato de todos ellos hacia mí es inmejorable.
—¿Percibió tensión o nervios en el vestuario cuando hace poco se vieron con solo tres puntos de ventaja sobre el descenso?
—Una situación así es normal que genere nerviosismo, pero no fue el caso. No sé si por la acción de la gente más veterana como Bernardo o Willy Ledesma. Percibía tranquilidad, concentración y ganas de trabajar.
—El curso no ha sido nada bueno, ¿no cree?
—El objetivo era volver al fútbol profesional y no lo conseguimos, eso es cierto, pero todos los jugadores hemos dado lo máximo. Ascender no es fácil y sobran ejemplos que lo confirman. El nivel de la categoría es muy alto.
—Acabar séptimos y jugar la Copa no es imposible, pero casi.
—Es muy difícil sí, pero por ganas no va a quedar.
—Este curso se produjo el debut de tres canteranos: Jorge González, Lizancos y usted. Quizás la afición esperaba una apuesta mayor por la cantera tras el descenso de Segunda.
—Entiendo que la afición se sienta más identificada con la gente de la casa, pero hay que entender las necesidades del club, que quería volver al fútbol profesional. Llegó gente de mucho talento.
—¿Qué espera de la próxima temporada?
—Ojalá pueda formar parte del primer equipo y asentarme. Sería otro sueño hecho realidad.
—¿Contemplaría la opción de salir cedido?
—Yo voy a hacer todo lo que esté en mi mano para tener un dorsal de la primera plantilla.