La apertura de la estación de la USC en Seoane ofrece unas condiciones de comodidad inéditas para desarrollar proyectos científicos en la sierra de O Courel
13 jun 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Cuando el sacerdote y botánico Baltasar Merino realizó los primeros estudios científicos de la flora de O???????Courel, a finales del siglo XIX y principios del XX, la sierra era un lugar sumamente aislado y algunos de los parajes de mayor diversidad biológica, como la Devesa da Rogueira, eran lugares de díficil acceso en los que extraviarse podía ser algo tan fácil como peligroso para los forasteros. La excepcional riqueza natural de la zona atrae a un número cada vez mayor de investigadores -especialmente desde comienzos de los 80-, pero aunque la situación de O Courel es muy distinta de la de hace un siglo, las observaciones científicas se han tenido que realizar hasta ahora en unas condiciones muy poco favorables. La apertura de la estación creada por la Universidade de Santiago en Seoane, que se inauguró el pasado viernes, ha cambiado por completo este panorama.
Baltasar Merino seguramente no llegó a imaginar que a escasa distancia del «bosque casi impenetrable» de Rogueira -según sus propias palabras-, donde él estuvo a punto de perderse en una ocasión mientras buscaba plantas poco comunes, sus sucesores podrían disponer un día de la comodidad de un laboratorio bien equipado y comunicado. Un buen número de vecinos de O Courel ya pudo ver durante la jornada de inauguración del centro las modernas instalaciones que estarán a partir de ahora a disposición de los científicos y que -según las previsiones de la USC- ayudarán a hacer de esta zona el principal referente en el estudio de los ecosistemas de montaña del noroeste.
La estación aún no tiene disponibles sus laboratorios, ya que aunque la universidad adquirió todo el instrumental necesario, todavía no se ha podido colocar el mobiliario especializado que requieren estas instalaciones. El equipamiento estará completo en septiembre, según estima Javier Guitián, el director del centro. Lo que sí está totalmente terminado es la sala de ordenadores y la zona de residencia, en la que pueden pernoctar hasta ocho personas. Los futuros usuarios del centro de investigación también contarán con un amplio espacio que reúne una cocina y una sala de descanso, donde un amplio ventanal permite disfrutar del espectacular paisaje de las montañas que rodean la segunda localidad más importante del municipio.
Plazas hoteleras
La capacidad de la residencia del centro es notablemente menor que la de sus instalaciones de trabajo, concebidas para que puedan utilizarlas al mismo tiempo dieciséis investigadores. En el edificio diseñado por los arquitectos Martín Guitián y Fermín Bescansa no se construyeron más dormitorios porque la USC espera que los científicos y estudiantes que vayan a trabajar de ahora en adelante a la estación se hospeden también en los establecimientos locales de hostelería, contribuyendo al desarrollo de la industria turística de O Courel aunque sea en una modesta proporción.